C.E.B.

 

Presentamos este valioso artículo de Gregorio Iriarte sobe las Comunidades Eclesiales de Base que redactó hace ya algunos años, pero que en lo fundamental siguen siendo muy válido para quienes estén interesados en profundizar sobre este asunto. Aunque está escrito desde la perspectiva latinoamericana, tiene también gran validez para el Movimiento de Copmunidades de Base de nuestra realidad europea.
Guía didáctica para animadores de C.E.Bs.
Presentación
El objetivo de esta pequeña publicación es deliberadamente modesto. Nuestra única intención es poner en manos de los “animadores de las COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE un especie de pequeño manual, popular y didáctico. Para ello hemos recurrido frecuentemente a cuadros gráficos, sencillos y resúmenes y preguntas para incitar al diálogo dentro del grupo. Igualmente hemos intentado evitar en lo posible el lenguaje técnico y excesivamente teológico.

La bibliografía consultada, y a la cual se puede recurrir si se desea una mayor profundización en los temas tratados, la exponemos al final del libro.

Esperamos que este sencillo aporte sea, con la luz y la fuerza del Espíritu, un instrumento eficaz para el nacimiento y la consolidación de las Comunidades Eclesiales de Base.

Las C.E.Bs. Algo antiguo y algo nuevo

Se entiende por Comunidad Eclesial de Base (C.E.Bs) un grupo pequeño en el cual sus integrantes se conocen, comparten su vida, celebran su fe y se ayudan mutuamente a vivir plenamente su compromiso en la construcción del Reino.

La Iglesia es el Pueblo de Dios y en cada momento histórico va descubriendo e implementando nuevas formas de organización que ayuden a interiorizar los valores evangélicos, ofreciendo una respuesta a los signos de los tiempos.

Las C.E.Bs. Una actualización de las primeras comunidades cristianas

Las Comunidades Eclesiales de Base reproducen, en cierto modo, la estrategia pastoral de la Iglesia primitiva y algunos rasgos de la primera evangelización latinoamericana. Ellas quieren ser la expresión actualizada más parecida a las primeras comunidades cristianas descritas en los Hechos de los Apóstoles:

“Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a la oración… Todos los creyentes vivían unidos y compartían todo cuanto tenían. Vendían sus bienes y propiedades y se repartían de acuerdo a lo que cada uno de ellos necesitaba” (Hch. 2, 42-46).

“La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como suyo lo que poseía, sino que todo lo tenían en común. Dios confirmaba con su poder el testimonio de los apóstoles respecto de la resurrección del Señor Jesús, y todos ellos vivían algo maravilloso. No había entre ellos ningún necesitado, porque todo lo que tenían, campos o casas los vendían y ponían el dinero a los pies de los apóstoles, quienes repartían a cada uno según sus necesidades”. (Hch. 4, 32-36).


Las C.E.Bs.: en la línea del Concilio Vaticano II, de Medellín y Puebla

La experiencia latinoamericana de las Comunidades Eclesiales de Base brota de la renovada eclesiología del Concilio Vaticano II. Dice el Concilio:

“La Iglesia avanza con toda la humanidad, experimenta la suerte terrena del mundo y su razón de ser es actuar como fermento y alma de la sociedad” (GS. nº 40).

Las Comunidades de base “surgen y se desarrollan en el interior de la Iglesia, permaneciendo solidarias con su vida, alimentadas con sus enseñanzas, unidas a sus pastores. Nacen de la necesidad de vivir todavía con más intensidad la vida de la Iglesia o del deseo de una dimensión más humana que difícilmente pueden ofrecer la comunidad eclesial, sobre todo en las grandes ciudades contemporáneas que favorecen el anonimato y la masificación… Se quieren reunir para escuchar la Palabra de Dios, para los sacramentos, el ágape fraternal de las personas que la vida misma encuentra ya unidas en la lucha por la justicia, la ayuda fraterna a los pobres, la promoción humana”… (Pablo VI. E.N. n. 58)

La doctrina de PUEBLA sobre las CEBs. es muy rica y abundante: Extractamos algunas ideas al respecto:

– Las CEBs. son “puntos de partida en la construcción de una nueva sociedad”.
– “Focos de evangelización y motor de liberación y desarrollo”.
– “Expresión del amor preferente de la Iglesia por el pueblo sencillo”.
– Las CEBs. “explicitan la vocación de comunión con Dios y con sus hermanos”.
– “Ofrecen posibilidad concreta de participación en la tarea eclesial y en el compromiso transformador del mundo”.
– En las CEBs. “se expresa, valora y purifica la religiosidad popular”
– “Esas pequeñas comunidades son esperanza de la Iglesia” y “ambiente propicio para el surgimiento de nuevos servicios laicales”.
_ “Ellas promueven un compromiso mayor con la justicia en la realidad social de sus ambientes”
– La CEB es una comunidad de fe, esperanza y caridad, celebra la Palabra de Dios en la vida, a través de la solidaridad y el compromiso con el mandamiento del Señor y hace presente y actuante la misión de la Iglesia”. (Puebla ns. 641, 642, 643 y 629).

Resumiendo

1. Las CEBs. tratan de reactualizar las características y el dinamismo de las primeras comunidades cristianas, tratando de adaptarlas a los tiempos actuales.

2. Las CEBs. nacen inspiradas por la teología renovada del Concilio Vaticano II y por Medellín y Puebla.

3. La Iglesia las considera como focos de liberación y el ambiente propicio para el surgimiento de nuevos ministerios laicales.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Cuáles eran las principales características en las primeras comunidades cristianas?
2. ¿En qué se parecen las CEBs. a las primeras comunidades cristianas?
3. ¿En tu comunidad se ofrece posibilidad concreta de participación en la tarea eclesial y en el compromiso transformador del mundo?

Cuestionamientos
* Muchos, por distintas razones, miran con desconfianza a las CEBs.
* En algunos lugares las CEBs. han llegado a perder su sentido eclesial.
* Existe siempre el peligro de que sean manipuladas por los políticos.

¿Qué es una Comunidad Eclesial de Base…?

La CEB es un nuevo modelo eclesial que surge por la fuerza del Espíritu. Es la Iglesia misma a su nivel más humilde, más pequeño y más vital. Esta vitalidad de las CEBs. es real en la medida en que son:

Comunidad

Comunión del pequeño grupo y comunión de muchas comunidades. Cuanto más comunidad, mayor fuerza. Pero es comunidad.

Eclesial

Cuanto más fuerte y nítida es la identidad eclesial de la CEB, mayor es su dinamismo. Pero esta comunidad eclesial es también.

De Base

Cuando hablamos de “la base” nos referimos a la base humana, social, étnica, política y religiosa. Es el pueblo creyente y humilde que se organiza desde la fe. Las CEBs. es la Iglesia que nace de la fe de los pobres.

Hay CEB cuando hay identidad ECLESIAL de tipo COMUNITARIO inserto en la BASE de la sociedad. Si uno de los tres elementos se debilita o desaparece también la CEB tiende a decaer o desaparecer.

Nos detenemos unos momentos para profundizar un poco en estos tres elementos básicos de las CEBs.


Comunidad

Se denomina “Comunidad” porque está formada por grupos homogéneos y fraternos. Entre ellos se da ayuda mutua y solidaridad. La convivencia es profunda y estable. Hay participación plena de todos en la reflexión y en el compromiso.

Existe sentido de pertenencia al grupo, corresponsabilidad y crecimiento personal.

Viven todos profundamente encarnados en su propia realidad, haciendo un frente común ante los problemas y asumiendo solidariamente las tareas que el grupo selecciona.

Se sienten estrechamente unidos, ya que todos sufren parecidos problemas, usan el mismo lenguaje, alientan idénticos ideales y asumen los mismos compromisos.

En las CEBs. se da el mínimo de estructuras con el máximo de interrelación personal; el mínimo de verticalidad y de dirección con el máximo de participación igualitaria.

Diferencias entre “comunidad” y “grupo”

El “grupo” es transitorio, excesivamente homogéneo, cerrado y muy uniforme; en cambio, la “comunidad” es más permanente; buscando dar una respuesta global a los desafíos de la vida, integrando a diversidad de personas (hombres, mujeres, jóvenes, ancianos…). La “comunidad” es pluralista. La homogeneidad viene dada en cuanto a todos tienen metas e intereses comunes.

Grupo

Especializado. Responde a problemas concretos.

Uniforme en la edad, cultura, ideas, lenguaje.

Transitorio; se disuelve cuando acaba su función.

Cerrado; sólo los iniciados pueden pertenecer.

Comunidad

Global. Se busca respuesta a todos los problemas de la vida.

Pluralista en la edad, sexo, raza, nivel de concientización.

Permanente, ya que los problemas de la vida nunca se superan totalmente.

Abierta a todas las personas, buscando siempre expansionarse.


Eclesial

La CEB es una comunidad sociológica (“de Base”), psicológica (“Comunidad”) y teológica (“Eclesial”). El principio y la motivación básica de la C.E.B. es la fe en Cristo y el deseo de vivir plenamente su Mandamiento Nuevo.

En su viaje a Brasil, el Papa Juan Pablo II hacía estas puntualizaciones, mientras reafirmaba su confianza en las C.E.Bs.: “Entre las dimensiones de las Comunidades Eclesiales de Base creo conveniente llamar la atención en aquellos que más profundamente las define, y sin lo cual se perdería su identidad: la eclesialidad. Ser eclesiales es su marca original y su modo particular de existir y de actuar. La “base” a la que se refieren es nítidamente eclesial y no meramente sociológica u otra. Esa eclesialidad se concretiza en una sincera y leal vinculación a sus legítimos Pastores, y en una fiel adhesión a los objetivos de la Iglesia Universal. Esta apertura evitará toda tentación de sectarismo” (Mensaje a los líderes de las C.E.Bs. Nº 3 y 5).

Fieles a las condiciones esenciales que las definen como Iglesia, las C.E.Bs. demuestran en toda América Latina gran riqueza y creatividad en su manera de ser y vivir la vocación de Iglesia presente en el mundo. Ellas reconocen ser convocadas y alimentadas por la Palabra de Dios, sobre la cual reflexionan, bajo la acción del Espíritu, en vistas a la conversión personal y social. A su luz, analizan la realidad, actúan dentro de ella y buscan transformarla cuando la situación la exige. En la base de esta acción sobre la realidad está la convicción de que Dios nos habla también por medio de los acontecimientos y nos llama a todos a construir una sociedad conforme a sus designios.

La C.E.B. es la Iglesia misma bajo la expresión más popular y celular, donde se da un máximo de vivencia de la fe, donde, por un lado, se reproduce y actualiza la estrategia pastoral de la Iglesia primitiva, y por otro, se da una respuesta a los problemas socio-económicos de nuestro mundo, de acuerdo con “los signos de los tiempos”, que indican el “paso liberador de Dios” en los acontecimientos de cada día.

La C.E.B. es, por lo tanto, una micro-estructura eclesial. Es la Iglesia misma en su mejor expresión de “fermento profético”.

Su característica de “eclesial” dimensiona tanto sus posibilidades como sus limitaciones.

Las C.E.Bs. son el núcleo fundamental de la Iglesia inmerso en la misma base, respondiendo evangélicamente a los problemas, denunciando la injusticia, desarrollando una labor concientizadora, anunciando y proclamando nuevos valores, criticando la mentalidad consumista de nuestro tiempo y construyendo un hombre nuevo dentro de una nueva sociedad.

De Base

Porque las C.E.Bs. mayoritariamente están constituidas por “las bases” socio-económicas de nuestra sociedad (los pobres, los marginados, los desocupados, los sin-instrucción, los sencillos, los humildes…).

También ellos son “las bases” de la Iglesia.

Por eso las comunidades “de base” son un signo y una expresión de protesta frente al autoritarismo y al monopolio clerical, al verticalismo, al elitismo y a la excesiva institucionalización de la Iglesia. Son igualmente una protesta viviente en contra de la función legitimadora de la Iglesia para con un “orden” social y económicamente injusto.

La “base” es la parte de la sociedad que no tiene acceso al “poder” (político), al “tener” (económico) y al “saber” (científico) porque es continuamente privada de esas posibilidades a través de la dominación político-cultural y de la explotación económica.

Lo que caracteriza globalmente a “la base” es el hecho de haber sido históricamente despojada de un futuro propio, manteniéndola en condición de objeto para que otros puedan autorrealizarse en su propia historia.

Pero Cristo se encarnó “en la base” y anuncia su Buena Noticia preferentemente para “la base”.

Toda auténtica transformación viene desde “la base” y no desde arriba.

El gráfico siguiente nos muestra las tres dimensiones integradoras en las Comunidades Eclesiales de Base: la dimensión religiosa, la dimensión humano-afectiva y la dimensión material.

El núcleo esencial de las C.E.Bs. está constituido por las tres dimensiones de la evangelización: área de la fe, área de lo humano y área de las realidades temporales.

Area de lo Humano (“Comunidad”)

Implica relaciones de amistad y fraternidad en el grupo Ayuda mutua y solidaria entre todos. Desarrollo de la personalidad, participación plena.

Area de la Fe (“Eclesial”)

Implica conocimiento y reflexión sobre la Palabra de Dios. vivir el mandato de amor de Cristo, celebrar su fe, dar razón de su esperanza, ser fermento profético, denunciar la injusticia y anunciar y trabajar en la construcción de un mundo nuevo.

Area de las Realidades Temporales (“De Base”)

Las C.E.Bs. están dentro del mundo y quieren ser servidoras del mundo. Se sienten interpeladas por la historia y por los acontecimientos. Tratan de analizar la realidad y de responder a sus desafíos. Quieren ser factor de promoción humana, de desarrollo y de liberación integral. Se comprometen en la transformación del mundo. Denuncian los anti-valores de nuestra cultura occidental. Viven intensamente los problemas de la comunidad local en actitud de disponibilidad y de servicio eficaz

Resumiendo

En las CEBs. un pequeño grupo de personas comparten:
• su vida
• su fe
• su compromiso

Por lo tanto, los elementos constitutivos de una CEB son:

• Mantener e intensificar en el grupo relaciones de amistad, de apoyo mutuo, de solidaridad, de fraternidad, de perdón…
• Tener fe en Jesús Salvador y querer profundizarla. Junto con la amistad, se comparte también la fe y se la renueva y fortalece.
• Comprometerse con el mundo en el que viven. Ese compromiso se comparte, se intensifica y se evalúa en la CEB con el fin de llegar progresivamente a una acción cada vez más solidaria, más consciente y más eficaz.

Preguntas para el diálogo en grupos

1. El grupo en el que participo ¿es una CEB o no…? ¿por qué…?
2. ¿Toda asociación religiosa es una CEB…? ¿por qué no…?
3. ¿En qué se diferencia “un grupo” de “una comunidad”…?
4. Los pobres han sido generalmente en la Iglesia objetos de evangelización, de atención sacramental, de caridad… ¿qué queremos decir cuando afirmamos que los pobres participan en las CEBs. como sujetos…?

Cuestionamientos

Muchos objetan a las CEBs. diciendo

• Son una “moda” del momento. ¡Ya pasará!

• Las CEBs son “un movimiento” más dentro de la Iglesia…

• En la CEBs. sólo participan los pobres, por lo tanto no son universales y católicas, abiertas a todos…

El mayor obstáculo para las C.E.Bs.: Nuestra mentalidad

Con una visión integral de la realidad

Nuestro pensamiento se mueve generalmente dentro de categorías dualistas. Nuestra cultura, nuestra formación religiosa, nuestras ideas, tienden a dividir la realidad como si estuviera compuesta por dos elementos totalmente diferenciados: el espiritual y el material.

Esto ha llevado a los cristianos a vincular exclusivamente la redención y la salvación que se nos da en Cristo con el elemento espiritual. La teología y la mayoría de los cristianos han tendido a subestimar, y hasta relegar al olvido, los aspectos humanos y materiales de la salvación. Han pretendido reducir la Salvación a la “salvación del alma”, de un modo inhumanamente desencarnado e individualista.

Se ha pensado que la Redención actúa sólo en la intimidad de la conciencia individual, sin comprender que la economía, la política, la historia… son lugares de revelación y de salvación divina.

Si la evangelización no alcanza a la creación entera, entonces dios es el gran ausente de la historia. El Reino de Dios debe brotar, no sólo en la conciencia individual de las personas, sino, y sobre todo, en nuestras instituciones familiares, sociales, económicas, políticas. Debe brotar en las relaciones con nuestros hermanos, sobre todo con los más pobres, ya que el juicio de Dios se ejercerá sobre “el hambre” y “la sed” que nosotros no supimos saciar o mitigar.

Este dualismo por el que pretendemos establecer en las cosas una división que sólo se da en nuestra mente, permanece profundamente arraigado en la mentalidad de los creyentes. Según esto, se quiere ver como realidades totalmente seccionadas y hasta contrapuestas, el alma y el cuerpo; el cielo y la tierra; la Iglesia y el mundo; el espíritu y la materia; la oración y la acción; el amor de Dios y el amor humano;…

Esta falsa visión dualista quiere ser totalmente superada en las Comunidades Eclesiales de Base.

El proceso que se sigue lo podemos visualizar en los dos gráficos siguientes:
(CUADROS)

Como fermento y alma de la Sociedad

La C.E.B busca ser una síntesis entre la fe que se profesa y la vida; quiere hacer realidad la imagen del fermento que se mezcla con la masa para transformarla o la de la sal que se diluye dentro de la comida para sazonarla.

Las instancias sindicales, políticas, económicas, culturales, son lugares importantes donde significativamente se hacen historia la gracia y el pecado, la opresión y la liberación.

Puebla nos lo dice claramente: “La Iglesia siente como un deber y derecho el estar presente en el campo de la realidad: porque el cristianismo debe evangelizar la totalidad de la existencia humana, incluida la dimensión política. Crítica por esto a quienes tienden a reducir el espacio de la fe a la vida personal o familiar, excluyendo el orden profesional, económico, político, social, como si el pecado, el amor, la oración y el perdón no tuvieran allí relevancia” (P.515).

Las C.E.Bs. quieren hacer realidad la visión evangélica y luminosa que nos da el Concilio Vaticano II de lo que es la Iglesia. Dice así: La Iglesia “avanzar con toda la humanidad, experimenta la suerte terrena del mundo y su razón de ser es actuar como fermento y alma de la sociedad” (GS. nº 40).

El Concilio busca superar todos los dualismos y dicotomías. La Iglesia es distinta, pero no separada del mundo. Participa en los procesos históricos desde adentro de la sociedad, aunque con una dimensión distinta, que le es propia.

Dicen los Obispos en el Documento de Medellín: “Nuestro aporte no pretende competir con los intentos de solución de otros organismos… Nuestro propósito es alentar esfuerzos, acelerar realizaciones, ahondar el contenido de ellas, penetrar todo el proceso de cambio con los valores evangélicos”. (Mensaje a los Pueblos de América Latina).

La acción de la Iglesia no debe ser orientada solamente hacia el pueblo, sino también y principalmente desde el pueblo mismo. (Decl. del Episcopado Argentino. Abril 1969)

Esta visión universal, unitaria y totalizadora de la Historia de la Salvación y de la Iglesia como sacramento e instrumento de esa salvación, la podemos percibir más claramente en el siguiente cuadro gráfico:

CUADRO

No hay más que una historia y en ella el proyecto salvador de Dios se hace historia de la salvación.

La realidad es una página teológica en la que identificamos la presencia o la ausencia de Dios.

La realidad es interpretada a la luz de la Palabra de Dios y la Palabra de Dios es interpelada desde la práctica.

Resumiendo

* El cristianismo debe evangelizar la totalidad de la existencia:

• La vida personal
• La vida familiar
• Las relaciones económicas
• Los proceso sociales
• La cultura y las costumbres
• La política… etc.

* No hay más que una historia en la que el proyecto de Dios se hace historia de salvación:

• La Iglesia es un sacramento e instrumento de salvación universal.
• Es distinta del mundo pero no separada de él.
• La Iglesia no pretende ofrecer soluciones técnicas a los problemas.
• Su misión es servir al hombre y animar todos los procesos humanos con los valores del Evangelio.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. La frase que hemos oído tantas veces: “SALVA TU ALMA”, te parece que es la más correcta…?
2. ¿Qué se quiere decir con la expresión “mentalidad dualista”…?
3. ¿En tu ambiente cristiano existe esa mentalidad dualista…?
4. ¿Cómo se expresa entre nosotros el “falso espiritualismo”…?

Cuestionamientos

Muchos cristianos formados en un falso espiritualismo y en una concepción del mundo como algo absolutamente malo, dicen:

• Hay que huir del mundo porque en él todo es tentación.
• Lo espiritual es lo importante. Todo lo material es transitorio y deleznable.
• Al fin, lo que se salva es nuestra alma…

Cómo iniciar una Comunidad Eclesial de Base

La unidad en la diversidad

Existen diversas maneras o situaciones desde las cuales puede nacer una CEB.

Unas CEBs. nacen por iniciativa de personas vinculadas a organizaciones cristianas de apostolado. Otras por intermedio de grupos bíblicos. Otras surgen por iniciativa de algún sacerdote, religiosa o laico. No pocas CEBs. han nacido al impulso de personas con grandes inquietudes sociales que buscan dar a su compromiso una dimensión más cristiana.

Algunas CEBs. están integradas por grupos muy heterogéneos: mujeres, hombres, jóvenes, obreros, sirvientas, amas de casa, personas de clase media… etc.

Lo importante es que todos sus integrantes tengan claro desde un principio cuál es el objetivo principal de una CEB: compartir su vida y su fe, escuchar juntos al Dios que nos habla y comprometernos con nuestros hermanos, sobre todo con los más pobres.

Para iniciar una CEB es muy importante aclarar desde el comienzo cuáles son sus características fundamentales:

CUADRO

Ser comunidad de hermanos

En la comunidad se comparte la vida y la fe, promoviendo un verdadero espíritu de igualdad. Para ello debe darse:

• Profundo sentido de pertenencia al grupo.
• Corresponsabilidad y plena participación de todos.
• Solidaridad y ayuda mutua.
• Alegría fraterna.
• Ideales y compromisos idénticos.

Vivir la fe en Jesucristo

Al iniciar una CEB respondemos a un llamado del Señor Jesús que nos convoca a la comunidad de sus discípulos.

Con esa fe nos acercamos y vamos conociendo la Biblia que no es un libro de ciencias sociales. Es la historia de un pueblo que encontró la presencia de Dios en su caminar. La Biblia nos da la posibilidad de reconocer las diferentes formas en que Dios actúa en la historia de las personas y del pueblo. En la Biblia podemos descubrir dónde y cómo actúa Dios.

Nuestra fe nos invita a orar en comunidad. A través de la oración se unen los integrantes de una comunidad como hijos de un mismo Padre.

Como la verdadera oración nace de la vida, ésta debe ser creativa, por medio de formulaciones espontáneas, de cantos, de símbolos, de gestos externos… etc.

Dios habla al hombre a través de personas, de acontecimientos, de situaciones… Nos muestra caminos y nos invita a actuar para cambiar nuestro mundo. Quedarse sólo en una oración sin compromiso, es no asumir la misión a la que Dios nos llama.

Compartir la vida con nuestros hermanos (Compromiso)

La vida, con todos sus problemas y en todas sus dimensiones, debe estar presente ya desde las primeras reuniones: el trabajo, la familia, la educación de los hijos, los problemas del barrio, la realidad social y política… Por eso:

• Tratan de analizar la realidad y responder a sus desafíos.
• Se sienten interpelados por la historia y por los acontecimientos.
• Quieren ser factor de promoción humana, de desarrollo y de liberación integral.
• Denuncian los antivalores de nuestra sociedad de consumo.


Resumiendo

1. Las CEBs. nacen sin normas fijas y sin reglamentos, de una manera casi natural y espontánea.
2. No necesitan ningún tipo de reconocimiento, sino la voluntad de sus propios integrantes.
3. Pueden ser muy diferentes en el número y extracción social de sus miembros, en la frecuencia de sus reuniones, en los temas que profundizan, en la dinámica que emplean…
4. Lo importante es que siempre relacionen la fe con la vida, dentro de un ambiente de igualdad y de fraternidad.

Preguntas para el diálogo en el Grupo

1. ¿Por qué no surgen las CEBs. en tu ambiente…?
2. ¿Cuáles son las razones que da la gente para no participar…?
3. ¿Qué podríamos hacer para que nazcan y se desarrollen las CEBs. en nuestra parroquia…?

Cuestionamientos

• Organizar una CEB es algo difícil. Hace falta conocer bien la Biblia.
• No me interesan las CEBs. Yo cumplo fielmente con las prácticas religiosas que manda la Iglesia.
• Entrar en las CEBs. es meterse en líos. Yo prefiero quedarme con mi trabajo y con mi hogar.

El Método y la Pedagogía en las C.E.Bs.

El método inductivo

El mundo no está hecho para la Iglesia, sino la Iglesia para el mundo. Lo mismo que Cristo al encarnarse acepta una total humanización, la Iglesia debe humanizarse y orientar, partiendo de las realidades de la historia.

Desde la base de esa aceptación y esa solidaridad habla el Concilio Vaticano II en la “Gaudium et Spes”. El Papa Pablo VI define muy bien las líneas de esta nueva orientación metodológica. Veamos uno de los textos más claros:

“Incumbe a las comunidades cristianas analizar con objetividad la situación propia de cada país, esclarecerla mediante la luz de la Palabra inalterable del Evangelio, deducir principios de reflexión, normas de juicio y directrices de acción, según las enseñanzas sociales de la Iglesia tal como han sido elaboradas a lo largo de la historia (OA.4).

El texto nos señala claramente un cambio metodológico, sin que eso quiera decir que se cambien los contenidos. Ya no se trata de una “doctrina” que ha de ser enseñada, para que se aplique indistintamente a situaciones tan diferentes, sino que son las mismas situaciones las que se convierten en “lugares teológicos” de un discernimiento que habrá de hacerse a través de la lectura de los “signos de los tiempos”.

Estamos frente a un método no deductivo, sino inductivo. Ya no se deducen consecuencias partiendo de unos principios abstractos, sino que se comienza por observar la realidad en la que se llegan a descubrir con la ayuda de esas enseñanzas, unas potencialidades evangélicas transformadoras.

Nada ha cambiado pero ha cambiado todo. Además, este cambio metodológico no es algo meramente técnico. Se desprende de la naturaleza misma de la Iglesia que se define, no como una realidad absoluta, sino por su presencia salvadora en el mundo. El mundo y sus realidades son el lugar en donde el cristiano discierne las llamadas del Evangelio.

Características del Método Inductivo

El gráfico siguiente nos muestra las distintas instancias que implica este método tan lógico:

Método Inductivo: Ver, Juzgar, Actuar

Ver Objetivamente

• Conocimiento personal directo.
• Experiencia de otras personas.
• Estudios y análisis científicos.
• Otras lecturas.
• Actitud de aprender.

Juzgar Evangélicamente
A la luz de:
• La Palabra de Dios.
• El Magisterio Ordinario y Extraordinario de la Iglesia.
• La Tradición y el “Sensus Fidelium”
• El Juicio de la comunidad.
• Las motivaciones evangélicas.

Actuar Cristianamente
• Compromiso cristiano personal.
• Compromiso comunitario.
• Labor de concientización.
• Animación pastoral
• Animación promocional.
• Testimonio personal y comunitario.

Las C.E.Bs. tratan de:

• descubrir la realidad sobre la que actúan.
• diagnosticar sobre esa misma realidad con la ayuda de las ciencias humanas y fundamentalmente a la luz de la FE.
• transformar esa misma realidad según el plan liberador de Dios.

Esta forma de desarrollar una reunión recibe el nombre de “Método Inductivo”, ya que se parte de los hechos concretos y de los desafíos que nos presenta la vida. No se parte de principios abstractos o de ideas preconcebida como lo hace el “Método Deductivo”.

El gráfico siguiente muestra las distintas instancias que implica este método tan lógico y, a la vez, tan sencillo:

CUADRO

Este método es dinámico y dialéctico (es lo que quiere expresarse con las “flechas” que sugieren un movimiento continuo y con el “círculo” que indica mutua relación entre el “VER”, el “JUZGAR” y el “ACTUAR”. En cierta manera, en el “VER” ya está el “JUZGAR” y el “ACTUAR”. Por otro lado, el “ACTUAR” nos ayuda a pasar a unos nuevos “VER” y “JUZGAR” mucho más profundos e iluminadores.

CUADRO

“VER”

Reunidos en una humilde casa perteneciente a uno de los miembros, o en un galpón, o en el salón parroquial… los participantes de la Comunidad Eclesial de Base comienzan, después de unas breves palabras de acogida o de una corta oración improvisada, a exponer sus problemas que, generalmente, son los mismos desafíos que en ese momento enfrenta la mayoría de la población de la zona: costo de vida, deficiencias en los medios de comunicación, falta de vivienda, de agua corriente, de luz eléctrica, de escuela… mortalidad infantil, epidemias, desempleo, falta de medicinas, de atención médica, sequía, inundaciones, falta de mercados, divisionismo dentro de la comunidad…etc. Los problemas son muchos, son graves y de difícil solución. Hay que seleccionar uno o dos. Tampoco conviene empezar por aquéllos que son más graves, ya que éstos suelen ser los de más difícil solución. El grupo debe ser realista. Es mejor comenzar por aquellos que ofrecen una solución posible e inmediata.

Pero lo principal no es llegar inmediatamente a soluciones concretas. Lo importante es analizar todas las posibles dimensiones del problema específico que se quiere solucionar. Hay que llegar, sobre todo, a descubrir las causas profundas y reales que lo han originado.

¿Es el barrio el principal causante del problema? ¿Son algunas personas aisladas? ¿Es el Gobierno? ¿Es el sistema económico-social vigente? ¿Son causas ajenas al propio país…?. A estas explicaciones y análisis sencillos es lo que se denomina el “VER”

“JUZGAR”

Una vez analizado el problema en sus diversas dimensiones el grupo pasa al “JUZGAR”. ¿Qué haría Jesús frente a esta situación? ¿Qué deberíamos hacer nosotros como cristianos? ¿Qué juicio le merece a la Iglesia este problema? ¿En qué medida o en qué aspecto podríamos colaborar para el cambio…? Estas y otras muchas preguntas, así como la reflexión que las acompañan, van ligadas siempre con alguna lectura o pensamiento bíblicos. Comúnmente alguien lee un pasaje, en particular del evangelio. En los grupos más avanzados se recurre también a otros pasajes, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento, así como a los Documentos de PUEBLA, de MEDELLIN, de VATICANO II u otros escritos iluminadores.

Importa llegar, sobre todo en esta parte, a un convencimiento pleno de que la acción que se proponen realizar es algo querido por Dios y que responde plenamente, en este momento y en este lugar, a una exigencia de la conciencia cristiana.

“ACTUAR”

El grupo está así preparado para entrar en la tercera parte de la reunión: “ACTUAR”. Es la decisión grupal de hacer algo determinado para intentar solucionar, al menos en parte, el problema planteado.

El grupo también puede delegar a una o varias personas una determinada responsabilidad, si así lo requiere la naturaleza del asunto.

Algunos consejos prácticos para aplicar el método

Debemos insistir en que todo este proceso no se desarrolla de un modo mecánico. Puede ser que un solo problema ocupe varias reuniones y hasta meses de intenso trabajo. Por ejemplo, el exigir precios justos para los productos agrícolas de la zona, o el traer agua corriente a una población rural, o el hacer las necesarias gestiones para que en el barrio se establezca una posta sanitaria, implican esfuerzos prolongados y no siempre fructíferos.

Por eso mismo es mejor empezar por aquellas cosas que son fácilmente realizables. Estos pequeños éxitos darán, además, más consistencias y confianza en sí mismo al grupo.

No es conveniente tampoco comenzar por aquellos problemas que pueden ser más conflictivos, como el suprimir totalmente las bebidas alcohólicas en las fiestas religiosas, o el luchar cerradamente en contra de ciertas expresiones mágicas de la religiosidad popular. Es mucho más prudente el tratar de solucionar los problemas que afectan a la mayoría de la población y en lo cual todos están de acuerdo. Estos triunfos se celebran después comunitariamente en el grupo, creando optimismo y mayor cohesión.

Tampoco se debe entender este método de una forma lineal. Cada uno de los momentos tiene relación con los otros dos. La propia evaluación que se hace en la reunión siguiente sobre el compromiso asumido sirve para “VER”, no sólo los errores posibles que se han podido cometer, sino también para analizar con más profundidad el mismo problema. Lo que importa es ir despertando la conciencia crítica de los participantes y avanzar, corrigiendo los errores, tanto técnicos como políticos o religiosos, que se han podido cometer.

Con este método las C.E.Bs. superan todo dualismo que tan presente está en la práctica de tantos y tantos que reducen el “ser cristiano” al ámbito de lo intelectual o a rígidos esquemas de moralismos individualistas.

Relacionando y articulando la fe con la vida

Este método permite también que la Iglesia, a través de las C.E.Bs., retome el sentido evangélico de ser fermento en la masa y luz en el mundo.

La articulación dialéctica entre la fe y la vida es el rasgo más específico y distintivo de las CEBs. sus miembros no conflictúan la oración con la acción, la fe en Dios con la lucha sindical, el trabajo pastoral y la acción política, la participación en la Eucaristía y la vivencia de la caridad fraterna. Tanto en su vida de trabajo, como en su vida de grupo, ambas dimensiones están íntimamente unidas.

Los miembros de las C.E.Bs. saben que su compromiso cristiano no se agota en el esfuerzo por el desarrollo del barrio, o en la lucha sindical o en la participación política, pero también saben que su fe religiosa o su oración sólo merecerán credibilidad en la medida en que se vinculen a los sufrimientos y a las legítimas luchas del pueblo.

No pocas veces los miembros de las C.E.Bs. dedican largos ratos a la oración, al culto litúrgico, a la meditación, pero no les lleva a ello la actitud evasionista de establecer rígidas separaciones entre la fe y la vida. En su fe y en su plegaria está presente el mundo por el que trabajan, y en el mundo en el que trabajan están presente su fe y su oración. Sin duda que a veces ha de existir una separación cronológica de horarios, pero nunca ha de haber una división en su intencionalidad que siempre es unitaria.

A las personas sencillas de nuestro pueblo les es mucho más fácil y normal el vivir esa unidad. Los que, a este respecto, tienen más problemas, son los agentes de pastoral, excesivamente clericalizados e intelectualizados, ya que la distinción entre “hombre” “cristiano”, “padre de familia”, “sindicalista” y “miembro de la C.E.B.”, implica diversidad de funciones en la vida pero no implica división de su vida misma.

La fe no establece metas concretas o estrategias definidas. Enuncia principios, pero no especifica su aplicación práctica. Establece normas, pero no acciones concretas. Exige que la justicia reine en el mundo, pero no determina los caminos que debemos seguir para lograr establecerla. Es justamente en las Comunidades Eclesiales de Base donde se busca concretizar la “encarnación” de los principios de la fe en la vida, donde se quiere dar respuestas definidas y concretas, determinadas por el “aquí” y el “ahora”, a las exigencias prácticas del evangelio.

Resumiendo

En este capítulo hemos visto cómo podemos llevar adelante una reunión en forma eficaz y ordenada. Le podríamos llamar “el método de los tres pasos adelante”:

Primer paso: Los integrantes de la comunidad relatan hechos, vivencias, acontecimientos que conocen porque los han vivido de cerca.

Segundo paso: Esos acontecimientos o relatos los miramos y los analizamos a la luz de la Palabra de Dios.

Tercer Paso: Intentamos sacar algunas conclusiones. Se trata aquí de ver qué podemos hacer en forma personal y grupal para responder eficazmente a lo que Dios nos ha revelado a través de la realidad de la vida y a través de su Palabra.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Por qué comenzamos nuestras reuniones con hechos de vida…?
2. ¿Qué función cumple la Palabra de Dios en nuestras reuniones…?
3. ¿Qué quiere decir la palabra “compromiso”…?

Cuestionamientos

• ¿No es demasiado complicado plantear problemas de tipo metodológico a gente sencilla…?
• ¿No existe el peligro de que el grupo se detenga en el primer paso contando cosas irrelevantes de sus propias vidas…?


El papel del “Animador” en las C.E.Bs.

¿Qué es un animador?

Como lo dice la palabra, “animar” es dar vida. El “animador” en la CEB es el encargado de crear el ambiente propicio para el crecimiento de las personas y para que la comunidad logre sus objetivos.

Esto no significa que el “animador” actúe solo. Debe ser capaz de lograr la máxima participación de todos.

El animador al servicio de las personas

El animador debe ayudar al crecimiento de las personas. Toda persona tiene una necesidad básica que deben tenerse siempre en cuenta. Estas necesidades fundamentales de las personas son tres:

1. Necesidad de amar y ser amado

La satisfacción de esta necesidad se logra cuando hay relaciones de verdadera fraternidad en el grupo.
Se empieza por conocer el nombre de las personas, su trabajo, sus proyectos, sus dificultades… Esto significa el ir compartiendo sus alegrías y solidarizándose con sus problemas y dolores.
El “animador” trata de que toda persona se sienta acogida de tal modo que pueda comunicar su aporte insustituible.

2. Necesidad de participar, aportar y trabajar

Toda persona tiene necesidad de aportar, de trabajar, de sentirse útil.
Pero el principal trabajo no está dentro de la CEB sino fuera de ella, en el mundo donde se construye el Reino de Dios.
El “animador” tendrá que recordar esto cuando el grupo tienda a replegarse sobre sí mismo. Tendrá que fomentar una mirada a replegarse sobre sí mismo. Tendrá que fomentar una mirada crítica al analizar la realidad y ayudar a proponer acciones factibles, ya que nuestra vida como cristianos se realiza a través de un compromiso real y concreto con nuestro pueblo y nuestra fe.

3. Necesidad de dar sentido a la vida

El “animador” debe ayudar a que cada persona se sienta realizada dentro del grupo. que su vida encuentre un sentido. Ese sentido lo encontramos a través del conocimiento de Dios que nos ama y nos perdona y por la entrega generosa a nuestros hermanos.

Podemos resumir estas tres funciones del “animador” en el siguiente esquema:

Necesidades fundamentales de la persona

1. Amar y ser amado

2. Participar y trabajar

3. Dar sentido a la vida

Funciones del Animador

- Crear un ambiente de hermandad
- Facilitar el conocimiento mutuo
- Estimular los aportes personales
- Crear unidad en el grupo

- Recordar que la CEB no es para sí misma sino para los de afuera.
- Ayudar en el análisis crítico de la realidad.
- Proponer proyectos o acciones posibles y realizables.

- Presentar la persona de Jesús como el ideal que debemos trazarnos.
- Descubrir la riqueza y la fuerza que está latente en la Biblia.
- Impulsar a salir de sí mismo para entregarse a los demás.
- Fomentar la oración comunitaria y personal con creatividad y espontaneidad.

El animador al servicio de la comunidad

El animador influye en el tipo de comunidad que se está formando. La CEB debe lograr la unión entre la fe y la vida. La vida se une y se ilumina con la Biblia en la comunidad.

Estos son los 3 actores en el crecimiento de la vida cristiana. Estos actores deben estar articulados y esa es la función principal del “animador”.

En el siguiente esquema vemos las funciones del “animador” en las tres áreas:

PRIMER ACTOR: LA VIDA

1. La vida en toda su amplitud: personal, familiar, social, histórica, política…
2. Analizar los hechos y descubrir sus causas profundas.

FUNCIONES DEL ANIMADOR
Prestar atención a las distintas dimensiones de la vida.
Evitar reducirla a una sola dimensión.
Promover una actitud crítica frente a la realidad.

SEGUNDO ACTOR: LA BIBLIA

1. La Biblia es la segunda Palabra de Dios que nos ayuda a escuchar a Dios que nos sigue hablando hoy.
2. La Biblia es una guía para descubrir a Dios en nuestra vida.

FUNCIONES DEL ANIMADOR
Relacionar la vida de hoy con la historia del Pueblo de Dios en la Biblia.
Ayudar a descubrir lo que hoy nos dice Dios por medio de su Palabra. Relacionarla con nuestra vida y la del grupo.

TERCER ACTOR: LA COMUNIDAD

1. La comunidad hace oración desde la vida. Dios nos habla y nosotros le hablamos.
2. La CEB ayuda al crecimiento de sus integrantes en la fe y en el amor mutuo.

FUNCIONES DEL ANIMADOR
Promover un ambiente de oración comunitaria espontánea.
Lograr que haya verdadera comprensión y auténtica amistad entre todos.

Características de Animador

El animador está al servicio de las personas, de la comunidad y de la reunión. Según estas tres funciones podríamos ver las características y cualidades que debe desarrollar.

CUADRO

Lo que un “animador” no es ni deber ser

No hay que confundir las funciones del “animador” con las de un dirigente o presidente de una asociación, donde asumen papeles directivos, y aún impositivos, sin respetar las opiniones y la dinámica del grupo. El “animador”, como coordinador de la CEB, estimula permanentemente a un diálogo enriquecedor y hacia la plena participación de todos en todo. Su liderazgo es más de servicio que de dirección. Busca que el grupo crezca en madurez, en comprensión mutua, en solidaridad, en conciencia crítica…

En resumen, el “animador” no es:

- un presidente que manda
- un dirigente que no escucha
- un personaje que siempre tiene la última palabra
- un politiquero que manipula al grupo
- un señor que se manda la parte

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Por qué el que anima las reuniones de la CEB no recibe el nombre de presidente o dirigente?
2. ¿Cuáles deben ser las actitudes del “animador” en las reuniones de las CEBs.?

Cuestionamientos

• ¿Las CEBs. no tienen el peligro de quedar encerradas sobre sí mismas…?
• ¿Quién cumple con la función de relacionar la CEB local con la Parroquia y con otras CEBs…?

El uso de la Biblia en las C.E.Bs.

Para vivir nuestra fe como auténticos cristianos necesitamos una comunidad.
La Biblia es la historia de un pueblo, de una comunidad. Fue escrita comunitariamente a lo largo de muchos años. La Biblia nació en un pueblo y en una comunidad que quiso ser fiel al proyecto de Dios: ser un pueblo libre y fraterno.

La Biblia debe ser leída en una comunidad de fe y en una comunidad que es solidaria con sus hermanos, sobre todo los más pobres. “Comunidad”, “Biblia” y “Realidad” son tres elementos inseparables. Lo vemos en el siguiente esquema:

CUADRO.

La Comunidad

Sin la comunidad caemos en el individualismo antievangélico. La Biblia es la historia de un pueblo que es releída por otro pueblo a la luz de la fe.

La Biblia se parece al álbum de fotografías que guardan muchas de nuestras familias. De vez en cuando se miran esas fotografías. Los padres comentan y cuentan la historia de cada una de ellas. La Biblia es el “álbum de fotografías de la familia de Dios”. En las reuniones y en las celebraciones el pueblo mira sus “fotografías” y comenta las historias contenidas en ellas. La Biblia debe ser leída y comentada en comunidad.

La lectura de la Biblia, Palabra de Dios

El primer libro que Dios escribió para nosotros es la creación. La creación es obra de sus manos y toda ella, canta un himno de acción de gracias a su Creador. Después, y a través de muchos años, Dios nos mandó un Segundo Libro, la Biblia, que no vino para substituir al primero sino para complementarlo. La Biblia fue escrita para ayudarnos a entender mejor el sentido de los acontecimientos y la vida que vivimos.

Jesús, en su encuentro con los discípulos de Emaús usó la Biblia, no tanto para interpretarla y enseñarla, sino que quiso por medio de la Biblia interpretar los hechos de vida y levantar la moral decaída de los discípulos. (Lc. 24, 25-27). Nosotros también nos tenemos que servir del texto sagrado para interpretar a su luz los hechos de vida.

La lectura de la realidad, Palabra de Dios

Dios quiere comunicarse con nosotros a través de la realidad de la vida. La vida, los acontecimientos, la historia, todo lo que existe y todo lo que sucede son medios de los cuales Dios se sirve para comunicarse con nosotros. Todo viene de El y todo va a El.

Por eso en las reuniones de las CEBs. partimos siempre de los acontecimientos, de la realidad de nuestra vida.

Los teólogos dicen que la realidad es un “lugar teológico”, donde está Dios y donde lo debemos encontrar. La gente sencilla afirma lo mismo cuando dice. “Dios nos habla por medio de los acontecimientos”. El texto sagrado nos ayuda a encontrar la presencia de Dios fuera del texto, en la vida misma. La Palabra de Dios presente en el texto está también esparcida, como en germen, en la realidad de la vida. hay que descubrir esa presencia y hacerla germinar y fructificar.

Las CEBs. tratan, por lo tanto, de no caer en un peligroso “literalismo” que esteriliza el mensaje. No hay que buscar tanto el “sentido del texto en sí”, cuanto “el sentido que el texto tiene, aquí y ahora, para nosotros”. Se trata, sobre todo, de encontrar el mensaje que está escondido en la expresión literaria.

Se quiere ver en la historia de salvación bíblica, no sólo una “historia”, sino también un “espejo”. Es una historia de salvación que debe repetirse en nuestra comunidad. En la Biblia se nos narra la historia de salvación de un pueblo. Es una especie de modelo. Ella tiene que repetirse. La historia de cada comunidad, de cada pueblo tiene que convertirse en una “historia de salvación”.

Por lo tanto, sin FE, sin COMUNIDAD y sin REALIDAD no puede lograrse una auténtica interpretación de la BIBLIA.

• Sin FE deja de ser un Libro Sagrado.
• Sin COMUNIDAD se cae en el individualismo.
• Sin REALIDAD la Biblia se convierte en un instrumento de alienación.

¿Cómo y cuándo contribuye la Biblia a la liberación del pueblo?

Cuando la lectura del “TEXTO” bíblico se realiza dentro de un “CON-TEXTO” (comunidad) y ante un “PRE-TEXTO” (realidad).

Si no existen estas tres instancias y cada una de ellas no guarda su propia autonomía, puede suceder que la biblia se convierta, lamentablemente, en un elemento opresor, como pasa en algunas sectas.

El “texto” (la Biblia) debe tener su propia autonomía frente al “contexto” (comunidad) y frente al “pre-texto” (realidad). cuando el “texto” se supedita al “contexto” surge entonces una interpretación dogmática y apologética. Cuando se supedita a los intereses del “pre-texto” surge entonces una exégesis ideológica o partidista.

Vemos en el gráfico siguiente como se relacionan los tres elementos para impulsarnos hacia un verdadero compromiso:

Componentes esenciales para la interpretación de la Biblia

CUADRO

La Biblia no es un libro de historias del pasado, ni una recopilación de oráculos divinos. Es la historia de un pueblo que es releída por otro pueblo a la luz de la fe. La Biblia nos enseña a hacer una relectura de nuestros propios acontecimientos a la luz de los designios de Dios. La comunidad toma así conciencia de que ella también está escribiendo su propia historia de salvación. La experiencia histórica de salvación del pueblo judío nos sirve de modelo y de aliciente.

Resumiendo

1. No podemos vivir nuestra fe sin la comunidad.
2. La comunidad escucha a Dios que le habla a través de la Biblia y por medio de los acontecimientos.
3. En las C.E.Bs. encontramos las 3 cosas:
• Una comunidad de hermanos
• que escuchen a Dios que les habla por medio de la Palabra escrita
• y por medio de los acontecimientos de la vida.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Qué significa: “la Biblia es el libro del pueblo”?
2. ¿Por qué la Biblia tiene que ser leída y comentada por la comunidad?
3. ¿Qué dificultades encontramos cuando tratamos de ver la voluntad de Dios en los acontecimientos de la vida?

Cuestionamientos

• La Biblia es un libro difícil de interpretar. Es peligroso ponerlo en manos de gente ignorante.
• La Biblia es un libro sagrado. Es el libro del Altar, del Sacerdote… No se lo debe poner al alcance de cualquiera.

La Biblia: el libro del pueblo

La Biblia: como espada de dos filos

En algunos lugares y en algunos grupos la Biblia se convierte en la fuerza dinámica que lo transforma todo y hace que el pueblo despierte en una auténtica renovación; en cambio, en otros grupos parecería que produce los efectos contrarios. Los primeros se vuelven más críticos, más comprometidos, más abiertos, más universales, más adaptados a su cultura y en su propia realidad. Los segundos se tornan más fanáticos, más alienados, más sectarios y más alejados de su propio pueblo. No basta con decir: “Vamos a entregar la Biblia al pueblo y ella hará todo lo demás”. No es suficiente con que el pueblo lea la Biblia para que empiece a avanzar por el camino de su propia liberación.

Todos conocemos lugares y grupos religiosos donde la Biblia es como el centro de todo pero donde, sorpresivamente, la Palabra de Dios no llega a revelar su fuerza transformadora y donde el pueblo se hunde en un cerrado fanatismo bíblico. Lo vemos esto en muchas sectas protestantes y también en ciertos grupos católicos. La obsesión por la Biblia llega hasta la memorización de numerosos textos y a un cúmulo de conocimientos sobre el Libro mismo, pero no a la asimilación de su mensaje liberador. Da la impresión de que ese acercamiento meramente “literalista” a la Biblia los vuelve más conservadores, más fanáticos y más reaccionarios.

Sin embargo, en otros lugares y en otros grupos, y muy particularmente en las C.E.Bs., la Palabra de Dios está revelando su fuerza transformadora. Cuando el pueblo toma la Biblia en sus manos se da un fenómeno extraño: o renace y comienza a sentirse libre frente al saber y al poder del otro, o queda como preso y más dependiente de ese mismo saber y poder. La Biblia no es neutral. Es como una espada de dos filos: corta siempre, para bien o para mal. Es una especie de juez: penetra hasta la división del alma y del espíritu, revela las articulaciones de los pensamientos y deseos más íntimos. (Hebreos 4,12).

La Biblia en manos de los “doctores”

Por lo general, los intérpretes “oficiales” de la Biblia (sacerdotes, teólogos, exégetas, pastores protestantes), se limitan al estudio profundo del “texto”. Prescinden de la comunidad de fe y de la realidad de la vida. debajo de esta actitud subyace la convicción de que sólo usa bien la Biblia aquel que sabe explicar competentemente “el sentido del texto en sí”, es decir, el sentido literal. Pero eso no es del todo cierto. Sin el horizonte del Espíritu presente en la comunidad (con-texto) y sin el horizonte de la realidad de la vida del pueblo (pre-texto) el texto de la Biblia es letra muerta. Les falta a estos “maestros de la ley” integrar el estudio del texto dentro de la vida de fe de la comunidad y dentro de la realidad vivida por el pueblo. Sólo así el texto nos revelará su “sentido para nosotros”.

La clave del problema está en conseguir que la comunidad de fe (con-texto) y la realidad de la vida (pre-texto) vuelva a ocupar su puesto dentro del conjunto de la interpretación de la Biblia.

La Palabra va convocando y creando la comunidad, y la comunidad, a su vez, nos brinda el ambiente y el contexto para la reflexión común sobre la Palabra. La lectura de la Palabra en común engendra acciones en común y las acciones en común dan más coherencia a la comunidad y despiertan a la conciencia de la misión y del servicio al mundo. Así nace la Iglesia auténtica de Cristo: convocada por la Palabra para la misión al mundo.

Aún todavía en muchos lugares la Biblia es considerada como “el libro de la Iglesia” y su interpretación está al servicio del sistema doctrinal vigente. Forma parte de la distribución del “saber” al pueblo “ignorante”.

Los exégetas modernos, en su gran mayoría, no han llegado a cuestionar este sistema. En cierto sentido lo han fortalecido ya que, a través de una alta especialización académica se han hecho ellos como dueños de todo el saber “científico” en torno a la biblia y hasta han llegado a crear una especie de complejo de inferioridad, no sólo en el pueblo, sino aún en no pocos sacerdotes y religiosas.

De acuerdo con esta visión, los criterios de interpretación, casi exclusivamente, son de orden histórico, literario o dogmático. La realidad humana como tal, la que vive el pueblo, no entra como marco de referencia al tratar de explicar el sentido del texto bíblico.

La Biblia en manos del pueblo

Pero sorpresivamente y en forma cada vez más acelerada, la Biblia está volviendo a su verdadero dueño: al pueblo. Los exégetas van interpretando la Biblia en el contexto histórico, cultural y literario en que ella fue escrita. Sin embargo, el pueblo está comenzando a leer la Biblia con un criterio muy distinto: lee la Biblia confrontándola, no ya con el pasado, sino con su presente. La confronta con la realidad de su propia vida. Esta lectura sencilla y sin pretensiones, sin mucho valor “científico”, lo ha ido llevando al descubrimiento de esa nueva y antigua dimensión bíblica; ver en el Libro Sagrado, no sólo un relato de historias pasadas, sino “el espejo” de su propia historia de hoy. Descubrir, leer y juzgar en ella y desde ella los acontecimientos de la vida.

Este descubrimiento de la Biblia como “espejo de la vida” contribuye también a devolver al pueblo su identidad de “pueblo de Dios”. En ella aprende cuál es su misión dentro del mundo. La Biblia, verdadero mensaje y “carta de Dios” llega así hasta la casa de su legítimo destinatario: el pueblo. Es la Buena Nueva que Dios envía a los suyos.

(Adaptación de ideas tomadas de C. Mesters. “Flor sin defensa”. Policopiado).

Resumiendo

1. Si leemos y reflexionamos la Palabra de Dios en comunión con la Iglesia y con la comunidad local, confrontando su mensaje con la realidad, será para nosotros PALABRA DE VIDA.

2. Los “sabios” no tienen el monopolio de su interpretación. El pueblo se ha “re-apropiado” de la Biblia en un acto legítimo, ya que fue escrita para él.

3. En las CEBs. se cumplen las palabras de Jesús: “Se estremeció de alegría y dijo: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes y se las has mostrado a los más pequeños (Lc. 10,21).

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Por qué a muchos la lectura de la Biblia les vuelve fanáticos y sectarios…?
2. ¿Solamente es legítima una interpretación “científica” de la Biblia?
3. ¿Qué queremos decir con la frase: “La Biblia es para nosotros como un espejo”?.

Cuestionamientos

• Dios habla a cada persona en particular. El Espíritu a cada uno le inspirará lo que más le conviene para su salvación.

• Para conocer el sentido de los pasajes bíblicos hay que saber las lenguas orientales en las que fueron escritos. todo lo demás es mero “subjetivismo”.

El método popular de interpretación de la Biblia

Leer el evangelio

Las Comunidades de Base están volviendo, casi como por instinto, a la interpretación “espiritual” de la Biblia, muy propia de los antiguos Padres de la Iglesia. Existe en la Iglesia una sabiduría práctica que se remonta a tiempos muy lejanos, cuando la Biblia era leída e interpretada también a la luz de los problemas concretos de la vida. Se la denominaba exégesis “espiritual” porque tenía por objeto captar lo que el Espíritu quiere decir. Por eso precisamente se la denominaba “espiritual”. Las C.E.Bs. buscan lo mismo. Eso quieren decir con las expresiones “leer el Evangelio en la vida” o “leer la vida en el Evangelio”.

Para hacer esto las C.E.Bs. recurren a un esquema muy sencillo: un hecho, una situación concreta, un acontecimiento, se los confronta con la lectura bíblica, junto con alguna pregunta de orientación para la reflexión común. En torno a este esquema básico aparecen variaciones de todo tipo.

A veces el hecho de vida se lo escoge previamente y se lo propone a los participantes. Otras veces el hecho de vida se saca directamente de la vivencia de los miembros de la C.E.B: cada uno va diciendo cuál es el hecho más significativo que ha vivido durante esa semana. En cuanto el texto bíblico, se lo puede escoger previamente o sobre la marcha, de acuerdo a los hechos presentados por el grupo.

Todo esto se lo hace con gran naturalidad. La gente sencilla ve unidas la biblia y la vida. En la Biblia busca encontrar las cosas de la vida y en la vida, las cosas de la Biblia. Espontáneamente utilizan la Biblia como una imagen, como un símbolo, como un espejo de lo que hoy les esta pasando a ellos. La Biblia del pueblo es algo muy semejante a la vida del pueblo.

No siempre consiguen concretizar esa unión. Inventan, a veces sintonías arbitrarias. Pero esto no impide ni anula la intuición profunda que domina en todo el uso que las C.E.Bs. hacen de la Biblia: ella tiene mucho que ver con nuestras vidas.

Esta visión de la Biblia, como espejo crítico de nuestra realidad, despierta en el pueblo la conciencia de búsqueda. Se lee y se estudia la Biblia para poder conocer mejor la realidad presente y las llamadas de Dios que en ella se esconden. El objetivo último del pueblo en el uso de la Biblia, no es tanto el interpretarla, sino el lograr, con su ayuda, interpretar su propia vida. Para nuestra gente, reflexión equivale, ante todo, a ir comparando la realidad con el Evangelio. Una vez descubierto el Evangelio, la vida forma una especie de canto a dúo con él, armonizándose en los hechos más corrientes. La Biblia les ayuda a interpretar mejor la realidad y la realidad les ayuda a entender mejor la Biblia. Ya no es posible separar ambas cosas.

Sin embargo, hay que hacer un esfuerzo progresivo para no caer en excesivos espontaneismos. La realidad y la revelación exigen de todos nosotros algo más que una lectura acrítica y espontánea de la Biblia. La fe no está reñida con el uso crítico de la razón y de la ciencia. Al contrario, hoy lo exige más que nunca.

Comparando lo que se lee con lo que se vive (Asociación de ideas)

El método del pueblo no se caracteriza por el raciocinio o por la coherencia interna del discurso. Se aproxima mucho más al método de la asociación de ideas. El grupo habla libremente, asociando conceptos, hechos, textos, situaciones… conforme le van viniendo a la memoria, sin que exista un nexo lógico.

Para los agentes pastorales, sobre todo si son sacerdotes, es muy importante el ordenamiento lógico. Les parece que la interpretación popular, carente de orden y de coherencia interna, es, por ello mismo, sumamente superficial. Los sacerdotes y los agentes pastorales clericalizados, viven preocupados por el pensamiento, por el raciocinio. Les preocupa la pureza de la fe, sobre todo en su expresión verbal. Ellos insisten, principalmente, en la “ortodoxia” (decir lo verdadero). En cuanto a la Biblia su inquietud se orienta al conocimiento del sentido del texto en sí. Qué es lo que realmente pasó. Qué es lo que dijo Jesús. Cuál es el sentido cabal de sus palabras…

El método del pueblo no va por ahí. No busca la perfección y la total exactitud del pensamiento de la fe. Se preocupa más por la vida y porque ella sea la expresión cabal de su fe. En la Biblia busca el sentido que el texto tiene para nuestra vida. La preocupación primera y principal del pueblo está orientada hacia la “ortopraxis” (practicar el bien).

Es evidente que en el método del pueblo también van a existir equivocaciones y fallas. Pero, en el fondo, su método está más cerca del Evangelio que los métodos excesivamente intelectualizados. Ya lo dijo Jesús: “Haz esto y vivirás”.

Por otro lado, este método lo usaron preferentemente los primeros exégetas de la Biblia. El método de la lógica no es el más apto para captar la voz del Espíritu. Solo capta muchas veces la voz de la “letra”. Pero “la letra mata y el Espíritu vivifica” nos dice S. Pablo.

Resumiendo

1. Leer el Evangelio en la vida es, no tanto interpretar el texto en sí, cuanto lograr, con la ayuda del texto, interpretar la propia vida. Cristo se encuentra, sobre todo, en la vida.
2. Para ello comparamos continuamente lo que leemos en el texto sagrado con lo que vivimos.
3. Al pueblo le preocupa más el que su vida sea expresión cabal de su fe que no la exactitud o coherencia del pensamiento.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Cuáles son las principales características de las CEBs. en la interpretación de la Biblia?
2. ¿Qué significa para nosotros “leer el Evangelio en la vida”…?
3. ¿Qué es lo que buscamos principalmente en la lectura del texto sagrado?

Cuestionamientos

• ¿No hay peligro de que las CEBs. caigan en excesivos espontaneísmos, totalmente alejados de una lectura crítica, científica y ortodoxa de la Biblia…?
• El método de “asociación de ideas” puede llevar al grupo con frecuencia a comentarios carentes de lógica y totalmente ajenos a lo que realmente buscamos.

Principales obstáculos en el uso de la Biblia

Presentamos a continuación una pequeña síntesis de los principales errores que se cometen en la interpretación de la Biblia.

1. El “Biblicismo”

El Estudio personal de la Sagrada Escritura, los cursillos y los “círculos bíblicos”, aunque son muy útiles, pueden caer en el defecto de limitarse a proporcionar “ciencia sobre la Biblia”, sin prestar la debida atención a la profundización del mensaje mismo de salvación. De ahí que en muchas personas, estos estudios, no logren hacerlas más comprometidas y consecuentes con su fe.

Se cae en el “biblicismo” cuando se prescinde de las implicaciones personales y sociales que emanan de la Palabra de Dios, limitándose a un acercamiento al texto de tipo científico, académico o escolar.

2. El literalismo

Es centrar toda la atención sobre la letra misma. Es absolutizar el valor de la letra, de la frase, tal y como está expresada en el texto. Son muchos los que quedan “vencidos por la letra, pero no convencidos por el mensaje”. Se convierten así en esclavos del texto, esclavos de la Biblia. La Palabra de Dios, que es por esencia liberadora, no logra en ellos ninguna liberación. El mensaje liberador de la Biblia queda como escondido por un velo al no revelarse su sentido. Lo triste es que a muchos les gusta esa situación y la defienden cerradamente. Llegan aún a sostener cosas que, tomadas al pie de la letra, van en contra del sentido común. Su seguridad radica en aferrarse textualmente a la letra.

3. El Fundamentalismo

Los fundamentalistas comenzaron por defender cerradamente el literalismo bíblico. “La Biblia hay que leerla, –decían– y hay que aceptarla tal y como suena”. La mayoría de las sectas de origen norteamericano han defendido este literalismo en contra de las corrientes más serias y más científicas, tanto católicas como protestantes. De ese literalismo nació el “fundamentalismo” según el cual el “fundamento” de toda ciencia y de todo orden social está en la Biblia. La Biblia es para estas personas como el “Corán” para los mahometanos más conservadores o como el Libro de Mormón para los mormones. Todo está basado sobre la Biblia, de tal modo que cualquier movimiento que propugne un cambio social, es, por su naturaleza, anti-bíblico. Cualquier institución innovadora es tachada de “anti-Cristo”. Los fundamentalistas están inficionados del más reaccionario conservadurismo. Muchos de ellos llegan permanentemente desde EE.UU. a América Latina en una especie de cruzada de tipo neo-colonial. Son la expresión de la más sutil forma de dominio que se quiere mantener sobre estos países.

4. El Subjetivismo

Si se desprecian sistemáticamente los aportes científicos de los exégetas y no se recurre a sus valiosas aportaciones, podemos caer en un peligroso subjetivismo. Podemos hacerle decir al texto lo que nosotros, o el grupo, quiere que diga. Podemos hundirnos en una irracional arbitrariedad. Pío XII aconsejaba la “feliz y fecunda combinación de la doctrina y suave unción de los antiguos, con la vasta erudición de los modernos” (Divino Afflante Spíritu). Esa integración nos es de absoluta necesidad.

Como expresión de un exagerado subjetivismo existen explosiones incontroladas de pentecostalismo. Los movimientos carismáticos apelan, frecuentemente, más al sentimentalismo religioso que a la razón crítica. Invocando de modo sistemático la “libertad del Espíritu” se puede llegar a prescindir de toda norma científica y de toda autoridad religiosa.

Resumiendo

1. • Para preservarnos de caer en graves errores al interpretar la Biblia:
• Relacionamos siempre la Palabra de Dios con la vida.
• Supeditamos los juicios y las interpretaciones personales al criterio de la comunidad.
• A esos dos elementos (“Realidad” y “Comunidad”) unimos el criterio científico. La ciencia nos ayuda a que el texto sea interpretado con criterios objetivos y verdaderos.

2. “Signos de los tiempos”, “comunidad” y “criterio científico” son los tres grandes soportes que nos preservarán del error en la interpretación del texto sagrado.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Cuáles son los errores más frecuentes en el uso y la interpretación de la Biblia? ¿por qué?
2. ¿Cuáles son los elementos que nos impedirán a nosotros de caer en esos errores?
3. El defecto más común entre nosotros es el “literalismo bíblico”. ¿Podríamos aportar algunos ejemplos de “literalismo” en la interpretación que hace nuestro pueblo de ciertos pasajes del Libro del Génesis?

Cuestionamientos

• La Biblia toda es inspirada por Dios. Por lo tanto, debemos aceptar al pie de la letra todo lo que Dios nos dice.
• El fundamento de nuestra sociedad debe ser Dios y lo que Dios nos dice en la Biblia. En el texto sagrado debemos encontrar la solución a todos los problemas morales, económicos, políticos, sociales de nuestro mundo.

Las C.E.Bs. y la Opción por los Pobres

Los pobres se hacen sentir cada vez más dentro de la Iglesia y dentro de la sociedad. Se ha llegado a hablar de una verdadera “irrupción de los pobres”. Ellos se han hecho presentes, sobre todo, en las luchas de liberación que se libran en nuestro continente. La presencia del pobre es cada día más cuestionadora dentro de la Iglesia. Además, la propia Iglesia ha ido tomando conciencia de que ella no es “para” los pobres, sino la Iglesia “de los pobres”. Es esto justamente lo que hace posible el surgimiento de las CEBs.

Jesús vivió la opción por los pobres

Para comprender y vivir la opción por los pobres, es necesario mirar a Jesús. Su persona y su práctica son criterio y modelo de la acción de los cristianos.

Jesús nació y vivió como pobre en medio de los pobres. Al llegar a la edad adulta asume la misión de anunciar la “Buena Nueva” a los pobres (Lc. 4,16-22). Al proclamar bienaventurados a los pobres, Jesús está denunciando la pobreza como uno de los males que impiden que este mundo pueda considerarse como una realización del Reino de Dios y expresión de su voluntad. Los privilegiados de Jesús serán los pobres.

Esta opción de Jesús por los pobres fue el criterio que caracterizó a las primeras comunidades cristianas. San Pablo les dice a los cristianos de Corintio:

“Fíjense a quienes llamó Dios. Entre ustedes hay muy pocos hombres poderosos o que vienen de familias famosas. Dios ha elegido a la gente común y despreciada” (1 Cor. 1,25-29).

Como Jesús, la Iglesia se sitúa en medio de los pobres y desde los pobres se dirige a todos sin exclusión, con la invitación de hacerse pobres y asumir la causa de los pobres.

La opción por los pobres implica conversión.

El documento de Puebla, en el capítulo de la opción preferencial por los pobres, nos recuerda:

“la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a su liberación integral” (P.n. 1134).

Y más adelante agrega

“No todos en la Iglesia de América Latina nos hemos comprometido suficientemente con los pobres; no siempre nos preocupamos por ellos y somos solidarios con ellos. Su servicio exige, en efecto, una conversión y purificación constantes, en todos los cristianos, para el logro de una identificación cada día más plena con Cristo pobre y con los pobres” (P.n. 1140).

Esta conversión implica fundamentalmente asumir el estilo de vida de Cristo, mirando la vida desde la perspectiva de los pobres y abriéndose a la sociedad en una solidaridad efectiva con los que más sufren.

Algunos pueden objetar que la Iglesia ha estado siempre, de alguna manera, al lado de los pobres. Ese determinado tipo de presencia de la Iglesia cerca de los pobres ha sido, casi siempre, de carácter “asistencialista” y “paternalista”.

En forma esquemática presentamos las diferencias que hay entre esas actitudes del pasado y las que exigen una verdadera opción por los pobres.

Actitud de la Iglesia para con los pobres

En el pasado

- Desde los ricos.
- El pobre es objeto pasivo y de ayuda.
- Es una postura asistencialista y paternalista.
- Deja intactas las estructuras de la sociedad que producen ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres.
- El pobre es considerado como un individuo aislado.

En el presente y futuro

- Desde los pobres.
- El pobre es sujeto activo capaz de transformar el mundo.
- Es una postura liberadora.
- Pretende transformar la estructura social en otra nueva y justa.
- Los pobres son considerados como un grupo, una clase social con una cultura propia y con un proyecto social.

Dos características muy importantes de los “Pobres”

Los “pobres” son algo colectivo

Muchas veces la caridad cristiana ha mirado al pobre solamente en forma individual y aislada. El pobre pertenece a un grupo social, a una raza, a una clase, a una cultura, a un sexo… Al mirar al pobre en forma individual se han desarrollado hacia él acciones de tipo asistencialista, que en nada cuestionaban al sistema, ni afectaban a las causas que originaban esa pobreza.

Los pobres son pobres porque sobre ellos inciden causan profundas que les obligan a ser lo que son y que les impiden ser otra cosa.

Optar por los pobres crea conflictividad social

Tanto Medellín como Puebla ven a los pobres como producto de sistemas económicos determinados, donde pocos cada vez tienen más y muchos cada vez tienen menos. Hay, pues, un conflicto estructural ya que son nuestras propias estructuras socio-económicas las que “crean” pobres. Existen cada vez más pobres en América Latina porque, día a día, los va generando el sistema imperante.

En las CEBs. se llega a analizar y a percibir esas causas que dan origen a esta injusta situación.

Las C.E.Bs. y los pobres

Las C.E.Bs. responden a la urgente necesidad de que las grandes mayorías marginadas de la vida social, económica y política sean, no sólo un área atendida por la Iglesia, sino la expresión más auténtica de la Iglesia misma fundada por Jesús “con” los pobres y no “para” los pobres.

Desde su nacimiento y en todas partes, las C.E.Bs. han florecido siempre en barrios marginales y pobres, siendo personas sencillas quienes han asumido su dirección.

En la Biblia, los pobres adquieren una posición privilegiada y la parcialización de Dios a su favor es una manifestación de su misericordia, que toma la defensa de los desheredados del mundo. Las C.E.Bs. tienen, pues, una connotación bíblica muy profunda. Por otro lado, como nos lo recuerda PUEBLA, los pobres viven más los valores de su fraternidad, de la colaboración y del servicio, que son determinantes en una nueva manera de ser Iglesia. igualmente, ellos conservan mayor apertura y disponibilidad para las cosas de Dios, tanto en términos de inquietud, como de tiempo. (P.1147).

La sencillez de las C.E.Bs., tanto en su dimensión y estructura, como en su lenguaje, vivencia y clima, corresponde más a su manera espontánea y simple de vivir. Por eso las C.E.Bs. se van constituyendo en espacios de integración de personas humildes e iletradas que participan como miembros activos y responsables. Por el contrario, en la estructura parroquial, a los pobres se los mantiene, por lo general, a distancia, más como destinatarios que como agentes de pastoral, más como beneficiarios que como responsables.

En las C.E.Bs. eso ha cambiado fundamentalmente, de ahí que los Obispos latinoamericanos hayan podido afirmar en PUEBLA: “Las C.E.Bs. son expresión del amor preferencial de la Iglesia por el pueblo sencillo; en ellas se expresa, valora y purifica su religiosidad y se le da posibilidad concreta de participación en la tarea eclesial y en el compromiso transformador del mundo” (P.643).

“El compromiso evangélico de la Iglesia debe ser como el de Cristo: un compromiso con los más necesitados. La Iglesia debe mirar a Cristo cuando se pregunta cuál ha de ser su misión evangelizadora. Por eso los pobres merecen una atención preferencial, cualquiera que sea su situación moral o personal. Hechos a imagen y semejanza de Dios, esta imagen está ensombrecida y aún escarnecida. Por eso dios toma su defensa y los ama. Es así como los pobres son los primeros destinatarios de la misión y su evangelización es, por excelencia, señal y prueba de la misión de Jesús” (P.1.141 y 1.142).

Pero los pobres no son meros receptores pasivos de nuestra acción evangelizadora. Ellos son también agentes eficaces y cuestionadores de la labor misionera de la Iglesia. PUEBLA lo ha señalado con fuerza y valentía: “El compromiso con los pobres y oprimidos y el resurgimiento de las Comunidades de Base han ayudado a la Iglesia a descubrir el potencial evangelizador de los pobres, en cuanto la interpelan constantemente, llamándola a la conversión…” (P. 1.147).

Sin embargo, iría en contra de la naturaleza misma de las C.E.Bs. el pretender aislarlas o darles como contenido primordial y constitutivo una connotación sociológica. Sería igualmente negativo y condenable el pensar en dos Iglesias irreductibles: una, la de los pobres, la de las C.E.Bs., y otra, las de las clases medias y ricas. Ya el Papa Pablo VI llamaba la atención sobre esto. Dice en la “Evangelii Nuntiandi”: “Es preciso evitar el peligro, por otro lado real, de que las C.E.Bs. se aíslen dentro de sí mismas creyéndose la única Iglesia de Cristo, y que después anatematicen a otras comunidades” (EN 58).

Resumiendo

1. La razón fundamental que lleva a la Iglesia a la opción por los pobres es de orden evangélico: Jesús y la Iglesia primitiva así lo hicieron. identificarse con los pobres es identificarse con Cristo.

2. La Iglesia ha trabajado mucho “en favor de los pobres”. Esto no es suficiente. Debe llegar a ser Iglesia “de los pobres”. Para ello necesitamos todos de una verdadera conversión.

3. Dios se parcializa al lado de los pobres, y las C.E.Bs. también. Ellas son la “Iglesia celular” de los pobres. A través de la CEBs. se descubre el potencial evangelizador de los pobres.

Preguntas para el diálogo en el Grupo

1. ¿Por qué se plantea la Iglesia la opción por los pobres…?
2. ¿Cómo concretamos en nuestra CEB la opción por los pobres?
3. ¿Qué tenemos que hacer para ir superando las actitudes asistencialistas?
4. ¿La opción por los pobres no ha sido causa de conflictos en nuestras CEBs.?

Cuestionamientos

• Las CEBs. al querer defender los derechos de los pobres y oprimidos se meten en muchos conflictos. Eso siempre resulta peligroso en América Latina. Es más conveniente el limitarse a ayudar a los pobres individualmente con “obras de caridad”.
• Al defender los derechos sociales y económicos de las clases empobrecidas estamos cuestionando al propio gobierno. Eso es meterse en política.
• Al hablar tanto de la opción por los pobres estamos creando divisionismos en la propia Iglesia. Ese no es el mejor camino para llegar a la “civilización del amor” y de la comunión!!!!

Las C.E.Bs. y el compromiso Socio-político

El cristiano está llamado a construir el Reino de Dios. Ese Reino comienza ya en esta vida. Las injusticias, las desigualdades irritantes, la opresión, las culturas de muerte, etc. están abiertamente en contra de los valores del Reino.

Por lo tanto, si queremos ser sinceros y coherentes cuando rezamos en el Padre Nuestro “Venga a nosotros tu Reino”, no podemos marginarnos de la lucha contra todo lo que se opone a los planes de Dios.

La tentación de reducir el espacio de la fe a la vida personal

Los cristianos acogen con respeto y unción los actos de culto o la reflexión en la que se desarrollan temas netamente religiosos, pero existe entre ellos una desconfianza instintiva ante el discurso o la reflexión que tocan temas políticos, sociales o sindicales. El pueblo busca entusiasmado las manifestaciones religiosas desprovistas totalmente de contenido socio-político, como procesiones, romerías, misas tradicionales, novenas…etc.

La causa principal de esta conciencia alienada radica en la mentalidad dualista de los agentes pastorales que, como dice PUEBLA:

“han tendido reducir el espacio de la fe a la vida personal o familiar, excluyendo el orden económico, social y político, como si el pecado, el amor, la oración, el perdón, no tuvieran allí su relevancia (P.n.515).

Son los agentes pastorales, sobre todo los sacerdotes, quienes han establecido esa radical separación entre lo religioso y la vida concreta y, a través de una predicación, de una catequesis y de una pastoral desencarnada, la han introyectado en la conciencia del pueblo sencillo. Este dualismo, por lo tanto, es más un hábito adquirido que una expresión connatural del pueblo mismo. El mensaje bíblico y la praxis de Jesús son eminentemente unitarias. Por más que muchos así lo crean, el lenguaje religioso y sus formas de expresión no son políticamente neutras. Dentro de la reflexión religiosa que se desarrolla en las C.E.Bs., así como en los compromisos que se asumen, está presente la dimensión sociopolítica, económica, sindical.

El pueblo en sí no es refractario al alcance social del discurso religioso cuando ha llegado a tomar conciencia de la dimensión liberadora e integral de la fe. Es refractario, eso sí, al discurso político que tiende a suprimir toda dimensión religiosa. El pueblo concientizado está totalmente de acuerdo con llevar a la práctica las implicaciones sociales que emanan de la lectura reflexionada del Evangelio y de la Biblia, en general. El Evangelio es anuncio y es denuncia: anunciando que este mundo y esta sociedad en que vivimos no corresponden a las promesas de Dios, se acentúa la esperanza y el dinamismo para luchar por un mundo y una sociedad nueva.

Orientaciones de la Iglesia con relación al compromiso socio-político

Pablo VI dijo en un discurso a dirigentes políticos: “La política es una forma excelsa de caridad” cuando es ejercida como un verdadero servicio al pueblo.

Los Obispos, en el Sínodo de 1971, dicen:

“La acción por la justicia y la participación en la transformación del mundo se presentan claramente como una dimensión constitutiva de la proclamación del Evangelio…” (Sínodo “La justicia en el mundo” n.6. 1971).

Los Obispos del Brasil se expresan así:

“La misión de la Iglesia es evangelizadora y de naturaleza eminentemente pastoral, pero tal misión de ningún modo la debe llevar a sustraerse de los problemas socio-políticos del país, en la medida en que esos problemas siempre contienen una importante dimensión ética. La Iglesia no es intérprete o expresión de programas partidistas, ni mediadora de acciones políticas concretas. Esto no significa, sin embargo, que ella sea a-política. Ella sabe muy bien que un pretendido apoliticismo significa, en la práctica, una actitud política de anuencia tácita a una determinada toma de posición del poder político”. (Con. Per. da CNBB. Brasil. 1981).

Distintos niveles de participación política

1. Tener conciencia política

Todos estamos llamados a tener formación política, a tener conciencia política. Esto quiere decir que debemos conocer las causas de los problemas que sufre el país. Debemos tratar de conocer las fuerzas ocultas que están detrás de las políticas económicas que se imponen al pueblo. Debemos formarnos en una conciencia crítica para no dejarnos engañar por la desinformación que nos entregan los medios masivos de publicidad.

2. Participación en las organizaciones populares

La participación activa en sindicatos, juntas vecinales, clubs de madres, comités cívicos, etc., podríamos denominarla acción política en sentido amplio.

3. Participación activa en un partido político

Algunos cristianos sienten el deseo y la vocación de participar activamente en algún partido político, por medio del cual canalizar sus deseos de justicia para la sociedad en que vive.

La Iglesia alienta y estimula la participación de los laicos cristianos en la actividad política. Juzga a la política como una “noble función” (P.1238) y tiene “alta estima de la actividad política” (P.514).

Quien, inspirado en los valores del evangelio, asumen un compromiso político, podrá ser, sin duda “luz, sal, levadura y fermento”

Las C.E.Bs. y el compromiso político

La dimensión socio-política presente en las actuaciones de las C.E.Bs. es la misma que en los demás grupos eclesiales. Lo nuevo que aportan las C.E.Bs. en este aspecto, es el hecho de ofrecer, dentro de la misma Iglesia, un espacio para que el pueblo sencillo pueda participar en la evangelización de la sociedad a través de la lucha por la justicia.

Las C.E.Bs., lo mismo que otras asociaciones de la Iglesia, deben estar atentas permanentemente para que este tipo de actuación, que nace de una exigencia de la fe, se mantenga fiel a la propia fe, tanto en orden a los contenidos como en cuanto a los métodos. Es preciso superar también la tentación de “reducir la misión de la Iglesia a las dimensiones de un proyecto puramente temporal…” (EN 32).

Las C.E.Bs. evangelizan la política en la medida en que, insertadas en los movimientos populares, ayudan a establecer nuevos criterios en las prácticas democráticas, populares y liberadoras. Ellas rompen la barrera que separa a la Iglesia del mundo y viven sumergidas en él, como el fermento en la masa o la sal en la comida. Son tanto más “Iglesia” cuanto más evangélicas, más misioneras, y más servidoras del proyecto de salvación integral querido por Dios.

Nos dice, al respecto, el Papa Juan Pablo II: “La Iglesia está vivamente comprometida con esta causa (la de los trabajadores), porque la considera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo, para poder ser verdaderamente Iglesia de los pobres” (L.E. 8,6).

Resumiendo

1. No podemos reducir el espacio de nuestra fe sólo a lo personal o familiar. Los cristianos debemos evangelizar la totalidad de la existencia.
2. La Iglesia tiene en alta estima el compromiso político, siempre que se lo asuma en una actitud de servicio al pueblo.
3. Aunque no tengamos filiación política, debemos formarnos en la conciencia política de tal modo que sepamos discernir y conocer las causas profundas de las injusticias que sufre el pueblo.
4. La CEB nos ayuda a formar nuestra conciencia crítica.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Qué pensamos del compromiso político del cristiano…?
2. ¿Cuál es el nivel de participación de nuestra CEB en los sindicatos, juntas vecinales, clubs de madres, comités cívicos…etc.?
3. ¿Qué tipo de apoyo encontramos en nuestra comunidad para nuestro compromiso…?

Cuestionamientos

• La política es algo sucio; sólo los ambiciosos se meten en ella.
• La política siempre crea divisionismos. Si se quiere que una comunidad no tenga problemas internos graves es mejor no meterse en ningún compromiso de tipo político.

Las C.E.Bs y las Organizaciones Populares

Necesidad de las organizaciones populares

Si queremos que mejore la suerte de los pobres en nuestra sociedad, ellos tendrán que unirse y organizarse en función de sus propios intereses. El pueblo se libera en la medida en que se concientiza y se organiza.

Las organizaciones populares, compuestas en su mayoría por obreros, campesinos, artesanos… con su accionar pueden resistir mejor a la fuerza de los poderosos. La unidad es su mejor defensa.

Las organizaciones son el lugar donde la gente humilde aprende a relacionarse, a expresarse públicamente, a vivir el compañerismo, a preocuparse por los problemas de los otros, a dialogar sobre temas de interés común… Es a través de las organizaciones populares donde el pueblo tiene la posibilidad de reclamar sus derechos, de hacer presión sobre la sociedad y de lograr conquistas sociales.

Relación de las CEBs. con las organizaciones populares

Es conveniente y necesario que los miembros de las CEBs. participen activamente en las organizaciones populares. Hay que tratar de ir superando algunos obstáculos que les impide esa integración, como ser:

- la excesiva preocupación por el trabajo intraeclesial.
- el divorcio que existe en muchos cristianos entre la fe y la vida.
- el excesivo miedo a la acción comprometida.
- la desconfianza frente a los movimientos que no sean propiamente la Iglesia.
- el no haber descubierto el papel primordial del laico en la transformación del mundo.

A veces, las organizaciones populares son causantes de dificultades con relación a las CEBs. Ellas pueden surgir:

- por el no reconocimiento de la autonomía de la tarea eclesial.
- por la excesiva politización de las organizaciones populares.
- por ciertas tendencias a la sectarización.
- por prejuicios contra las CEBs.
- por querer manipularlas.

Participación y coordinación entre las CEBs. y las organizaciones populares

Sin embargo, los cristianos deben valorar sus propias organizaciones populares y participar en ellas en la medida de sus posibilidades.

Esta participación debe ser confrontada con los criterios de la opción por los pobres y la defensa de los derechos humanos.

No obstante, sin destruir ni minimizar los lazos de fraternidad y de solidaridad, es necesario mantener una clara distinción entre las CEBs. y las organizaciones populares.

Esas organizaciones gozan de plena autonomía con respecto a la Iglesia y sus objetivos se limitan al plano de las realidades temporales. La CEBs. perderían su identidad “eclesial” si se confundieran con una organización popular.

Si bien debemos valorar siempre a las organizaciones populares como instrumentos importantes en la transformación del mundo, no por eso las CEBs. dejan de tener su valor propio e insustituible.

Es en las CEBs. donde podemos confrontar nuestra acción con la persona y el proyecto de Jesús. Es en las CEBs. donde el laico puede acompañar su compromiso con la reflexión crítica del Evangelio.

Las CEBs. pueden y deben aportar a las organizaciones populares el fermento transformador de los valores evangélicos en la relación a la liberación total del hombre y de la sociedad.

Diferentes funciones de las CEBs. y las organizaciones populares

Las CEBs. se reúnen para compartir y celebrar su fe y su compromiso en la historia. Los miembros de una CEB hacen una doble opción: ¡una opción de fe en Cristo liberador y una opción por la liberación histórica del pueblo!.

En cambio, las organizaciones populares son grupos humanos constituidos por personas que pueden ser creyentes o no creyentes, que buscan la promoción de su pueblo. Son instancias que le permiten al pueblo defender sus derechos y crear conciencia y unidad.

Las CEBs y las organizaciones populares, aunque se apoyen mutuamente y guarden buenas relaciones entre sí, deben mantener su propia identidad y autonomía. Las CEBs. nunca deben constituirse en un poder político paralelo de las organizaciones populares.

Resumiendo
CUADRO

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Qué organizaciones populares conoces?
¿En cuáles has participado?
2. El haber participado en organizaciones populares te ha ayudado en tu compromiso cristiano…?
3. ¿Qué cualidades y qué limitaciones has podido percibir en las organizaciones populares de tu ambiente?

Cuestionamientos

• Las organizaciones populares están muy politizadas.
Es peligroso meterse en ellas.
• Hay mutuo recelo entre las CEBs. y las organizaciones populares. Mejor es que cada una siga su camino.
• Muchas veces los dirigentes de las organizaciones populares son contrarios a la Iglesia. No es prudente acercarse a ellos.

Las C.E.Bs. y la religiosidad popular

Entendemos por religiosidad popular todo el conjunto de creencias, fiestas, tradiciones, ritos, actitudes y prácticas religiosas enraizadas en la cultura del pueblo.

La religiosidad popular es un aspecto sumamente importante dentro de la cultura del pueblo latinoamericano.

Se dan entre nosotros distintas posturas con relación a la religiosidad popular:

Aceptación ingenua de la religiosidad popular

Muchos aceptan con entusiasmo y con fervor todo signo o manifestación de religiosidad. No llegan a ver los signos negativos que PUEBLA señalo claramente: superstición, magia, fatalismo, idolatría del poder… (P.n. 456).

Total rechazo de la religiosidad popular

Otros rechazan despectivamente la religiosidad popular como algo que pertenece al pasado y que debe ser superado. No llegan a ver en ella nada de positivo. Se desconectan así del pueblo y de su cultura, no llegando a percibir los aspectos liberadores que contiene la religiosidad popular.

Así hemos llegado a que gran parte de nuestro pueblo mantenga y fomente devociones y prácticas religiosas autónomas y distintas a las líneas pastorales trazadas por la Iglesia oficial.

Adecuada valoración de la religiosidad popular

En la CEBs. se debe valorar, en su justa dimensión, la religiosidad popular, descubriendo en ella todos los elementos positivos y liberadores. Debemos hacer un discernimiento crítico, dinamizando en ella todos los valores evangélicos que encierra.

Pero también es necesario evangelizar continuamente la religiosidad popular tradicional. Las CEBs. deben asumir críticamente la religiosidad popular, dándole nueva creatividad y adaptándola a la sensibilidad religiosa del hombre de hoy.

Resumiendo

1. Las CEBs. desarrollan su vida dentro del marco cultural de la religiosidad popular.
2. Todos los elementos de auténtica fe que tiene la religiosidad popular deben ser asumidos por las CEBs.
3. Los elementos negativos de la religiosidad popular, como ser la pasividad, el milagrerismo, la idea de un Dios castigador, la superstición, etc. deben ser superados por una auténtica evangelización.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Cuáles son los aspectos más positivos en la religiosidad de nuestro pueblo?
2. ¿Y los aspectos más negativos?
3. ¿Qué actitud tienen que asumir las CEBs. ante la religiosidad popular?

Cuestionamientos

• La religiosidad popular es fruto de la grave ignorancia de nuestro pueblo. Contiene muchos elementos que no nacen de una verdadera fe cristiana. Hay que trabajar para superarla totalmente.
• La religiosidad popular es la señal más patente y hermosa de la fe de nuestro pueblo. Hay que fomentar sus manifestaciones externas con la mejor expresión pública de nuestra fe.

La celebración y la oración comunitaria en las CEBs

Las celebraciones y la liturgia ocupan un lugar muy importante en las CEBs. Son siempre celebraciones muy ligadas a la vida y a la situación especial que vive el grupo. A pesar de tantos sufrimientos que padece el pueblo, estas celebraciones irradian siempre entusiasmo y esperanza.

Las celebraciones son presencia de Jesús crucificado

Jesús resucitado es el centro de nuestra fe y de la comunidad. A El se le encuentra en la Biblia, en la Eucaristía, en la oración, en la comunidad, en los pobres… En las celebraciones de las CEBs. se da una experiencia personal de la presencia del Señor.

Las celebraciones de las CEBs. tienen relación directa con la vida.

En estas celebraciones se aprende a mirar la vida con los ojos de la fe. Allí se denuncian los signos de muerte y se proclaman los signos de vida. Se miran y se analizan los acontecimientos desde la perspectiva del Evangelio.

La Eucaristía, por ejemplo, se la relaciona directamente con la vida: el acto penitencial sirve para la autocrítica y la evaluación; el ofertorio se presta para la reafirmación del compromiso adquirido y para la distribución de tareas. El abrazo de paz es un gesto elocuente de amistad que nos sirve para perdonar y para superar naturales resentimientos. La oración de los fieles y los comentarios al Evangelio nacen directamente relacionados con la vida y con las necesidades de los demás.

Las celebraciones: fuente de fuerza y de unión de la comunidad

Las dificultades a veces son muy grandes y puede entrar el desánimo. Es en esos momentos cuando es más necesaria la celebración de nuestra fe. En la celebración encuentran las CEBs. lo que es la fuente de su fuerza y de su unión como grupo: el Dios de los pobres.

La liturgia, con sus ritos, símbolos, gestos colectivos, plegarias… juega un papel muy importante, no sólo con expresión colectiva de los sentimientos religiosos, sino también como factor cohesionante del grupo. La liturgia en las CEBs. nace del propio grupo y no, como en las parroquias, donde generalmente el culto litúrgico no guarda relación con la vida, con los intereses, con los sentimientos y con los problemas concretos de la gente.

Oración desmitificadora

Otro rasgo de la liturgia de las CEBs. es el ser profundamente desmitificadora. No pocas veces el lenguaje religioso empleado en los actos litúrgicos ha contribuido a dar a la gente sencilla la visión equivocada de que, tanto el orden social como el orden natural, son queridos por Dios tal y como se nos muestran. Esto ha llevado, no pocas veces, al convencimiento de que no hay que hacer nada para cambiarlos. Así, ante fenómenos hostiles de la naturaleza o ante un orden social totalmente injusto, no quedaba sino rezar o hacer penitencia. De este modo la religión ha sido con frecuencia una poderosa arma en manos de los opresores para justificar injustas situaciones. Algunas sectas en nuestros días se caracterizan por esa predicación alienante y desmovilizadora.

En las CEBs. nada hay de misterioso o de mágico. Siempre se da una relación directa entre lo que se celebra y lo que se vive. Por eso su oración tiene un carácter liberador.

El lenguaje de los símbolos

En las CEBs., como en toda celebración popular, es muy importante el lenguaje de los símbolos, de los gestos, de los ritos, de los cantos… Eso penetra en sus espíritus mucho más que las charlas o predicaciones. Aquí se abre un campo muy grande a la creatividad de cada grupo.

En nuestras comunidades tenemos que abrir espacios para que los pobres, en su lenguaje y gestos propios, puedan expresar su fe en el Dios vivo.

Resumiendo

1. La celebración comunitaria es indispensable para la vida y el desarrollo de las CEBs.
2. Estas celebraciones guardan siempre una relación directa con la vida, con los problemas propios del ambiente, con los acontecimientos que afectan al grupo y a las personas que lo integran.
3. ¿Cómo y cuándo hemos experimentado la presencia de Jesús, muerto y resucitado, en nuestra comunidad?

Cuestionamientos

• Para orar es necesario un ambiente de silencio y recogimiento. Las oraciones comunitarias no son muy profundas…
• El lugar propio para la oración es el templo, donde Dios está presente…

 

Las C.E.Bs. y la Parroquia

La Parroquia Tradicional

La parroquia tradicional la concibe el pueblo como una entidad religiosa jurídico-administrativa o como una simple “despensa de servicios religiosos”. Por desgracia, en no pocos lugares, no cumple más que tres funciones: templo donde se reúnen los cristianos, oficina administrativa para ciertos trámites y lugar para la atención de ciertos servicios religiosos como sacramentos, misas…etc.

Esta concepción de la parroquia parte de una pastoral de cristiandad, de conservación, de mantenimiento, no de una pastoral de misión, de evangelización.

Se basa, sobre todo, en una planificación territorial. Es una colectividad, más que una comunidad. Las relaciones personales son casi nulas ya que las diferenciaciones de rango social, de instrucción, de ingresos, de intereses, etc, son muy profundas. Las personas, sobre todo en las parroquias de las grandes ciudades, prácticamente se ignoran y los lazos de solidaridad son prácticamente inexistentes.

La Parroquia: Comunidad de Comunidades

La parroquia no debe ser descartada como entidad pastoral. No sólo cumple servicios indispensables por el momento, sino también porque es susceptible de evolucionar sobre sí misma y llegar a constituirse en una especie de “comunidad de comunidades”. Esto es algo que ya se está dando. La Comisión Episcopal de Pastoral de España dice al respecto:

La concepción de la parroquia como “comunidad de comunidades” nos parece, a la vez, perfectamente viable, sumamente adecuada a los condicionamientos de hombre y de la sociedad de hoy y extraordinariamente beneficiosa para el crecimiento profundo y verdadero de la Iglesia. (Com. Episc. de Pastoral. Madrid, 1982).

No es el caso, por lo tanto, de plantear el problema en forma disyuntiva: o CEBs. o parroquia. Se trata más bien de conjugar ambos modelos.

CUADRO

Superando la concepción piramidal de la Iglesia

La representatividad de la Iglesia ha estado por mucho tiempo absorbida exclusivamente por la Jerarquía. Para el pueblo, la Iglesia era la jerarquía. Se fue perdiendo la idea de Iglesia como “Pueblo de Dios”.

Las CEBs., al analizar desde adentro la institución eclesial, se ha constituido en elementos de cambio para la propia Iglesia, en una línea de autenticidad evangélica.

Un aporte importante de las CEBs. frente a la parroquia tradicional es la idea de que para relacionarse con Dios no es necesario recurrir a un lugar sagrado. Las CEBs. superan la rígida distinción y separación entre lo sagrado y lo profano. Dios no debe quedar limitado a un lugar, a una estructura o a unos espacios de tiempo nada más. Dios es el Dios de la vida y en la vida es donde sobre todo, lo debemos encontrar.

CUADRO

Jesús instituyó su Iglesia como una comunidad, estructura, con ministerios propios. Es preciso superar el esquema vertical-clerical por otro donde la comunidad aparece como una realidad envolvente y donde se da un continuo movimiento interno del centro a la periferia y de la periferia al centro. Por otro lado, los ministerios aparecen como servicios a la comunidad y como poder o privilegio.

Dos conceptos distintos de parroquia

Resumiendo

Parroquia Tradicional

- Es una entidad jurídico-administrativa.
- Enfatiza la importancia del TEMPLO como lugar de culto y oración y al PARROCO como autoridad.
- Es el lugar para la atención de los SERVICIOS RELIGIOSOS (sacramento, misas, entierros…).
- En ella es muy deficiente la RELACION-INTERPERSONAL, la PARTICIPACION real y el COMPROMISO de los fieles.

Parroquia Comunidad

- Es el PUEBLO DE DIOS organizado en pequeñas asambleas de creyentes.
- No se constituye alrededor de un LUGAR SAGRADO. Encuentra a Dios en la vida; en cualquier lugar.
- No está constituida por una colectividad heterogénea y sin mutuas relaciones, sino por una verdadera comunidad humana.
- Enfatiza la FRATERNIDAD y la SOLIDARIDAD entre sus miembros, su plena PARTICIPACION y su COMPROMISO cristiano en el mundo.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Qué idea tiene la generalidad de los cristianos sobre que es una parroquia?
2. ¿Tu parroquia es una verdadera comunidad? ¿por qué…?
3. Para la mayoría de la gente ¿qué es y quién es la Iglesia?
4. ¿Qué entendemos por “Parroquia”: comunidad de comunidades?

Cuestionamientos

• La Iglesia de Dios es jerárquica. Insistir demasiado en lo de Iglesia-Comunidad nos llevará a un exagerado y peligroso democratismo.
• Los Ministerios Jerárquicos de la Iglesia (Sumo Pontífice, Obispos, Sacerdocio) no han sido instituidos sólo para servir. También tienen las funciones de regir, enseñar, corregir, gobernar… a los fieles cristianos.

Las C.E.Bs. y los Ministerios Laicales

El laico participa del sacerdocio de Cristo

En la Iglesia todos los bautizados participan directamente del sacerdocio de Cristo. La diferencia entre los sacerdotes y los laicos no está en la falta de participación de los segundos en el sacerdocio de Cristo, sino en la manera distinta de participar. Entre el sacerdocio de los unos y los otros no hay diferencia de grado sino, únicamente, una diversa forma de participar.

Insistir en el binomio “jerarquía-laicado” es totalmente insuficiente. Mucho más expresivo y adecuado es el binomio “comunidad-ministerios”. Los ministerios (de ordenados y de no-ordenados), jerárquicos o laicales, no tienen entre sí una relación de superioridad, sino de complementariedad en la diversidad. La Iglesia, toda ella es ministerial, toda ella está orientada hacia “el servicio”. Se trata de revitalizar el valor de los distintos ministerios, no en función de una consagración especial, (ordenación sacerdotal o episcopal) sino por la unción del bautismo que todos los cristianos han recibido. Hay que ir superando el esquema verticalista que se expresa de este modo:

CUADRO

Para llegar a una eclesiología de comunión que podría expresarse con el siguiente esquema:

CUADRO

Esta eclesiología de comunión está presente en el Concilio Vaticano II. Dentro de esta perspectiva queda superada la noción negativa del laico. Ya no se trata de contraponer el laico al clérigo, como de distinguir dentro de la comunidad la diversidad de carismas y de ministerios. Se trata de darle mayor relevancia al polo comunitario. Esta relevancia y primacía de lo comunitario no significa confusión amorfa, sino diversidad funcional, articulada en la unidad, en la común riqueza bautismal y en la corresponsabilidad colectiva.

El laicado y su relación con el mundo

Es peculiar de los laicos el carácter secular. A ellos les pertenece por vocación propia buscar el Reino de Dios, trabajando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios (Lumen Gentium n.31). El documento de Puebla dice con referencia a los laicos:

“Es en el mundo donde el laico encuentra su campo específico de acción. Por el testimonio de su vida, por la palabra oportuna y por su acción concreta, el laico tiene la responsabilidad de ordenar las realidad temporales para ponerlas al servicio de la instauración del Reino de Dios” “Entre estas realidades temporales no se puede dejar de subrayar con especial énfasis la actividad política” (P. 789, 791).

Peligros que hay que evitar en la promoción del laicado

El documento de Puebla nos habla de algunos obstáculos y desafíos que hay que superar para una verdadera promoción y participación laical en el interior de la Iglesia:

- Persistencia de cierta mentalidad clerical en numerosos agentes pastorales, clérigos e incluso laicos (P.784).
- Que el laico no huya de las realidades temporales para buscar a Dios, sino persevere, presente y activo en medio de ellas y allí encuentre al Señor. (P.797).
- Dé a su presencia y actividad una inspiración de fe y un sentido de caridad cristiana (F.797)
- Los ministerios laicales se orientan siempre a la vida y al crecimiento de la comunidad eclesial, sin perder de vista el servicio que ésta debe prestar al mundo (P. 813)
- Hay que evitar, sobre todo, la clericalización de los laicos. (P.815).
- No deben promoverse tales ministerios como estímulo puramente individual fuera de un contexto comunitario. (P.816).
- El ejercicio de ministerios por parte de algunos laicos no puede disminuir la participación activa de los demás (P.817).

Diversidad de ministerios laicales

Para el cumplimiento de su misión, la Iglesia cuenta con diversidad de ministerios. Al lado de los ministerios jerárquicos, la Iglesia reconoce la ordenación sagrada. Por lo tanto, los laicos pueden ser llamados a ejercer ministerios diversos según la gracia y los carismas que el Señor quiere concederles. (P. 804).

La Iglesia existe par evangelizar. La evangelización es su razón de ser en el mundo y constituye su identidad más profunda (E.N.n.14)

“Toda la comunidad, en comunión con sus legítimos pastores y guiada por ellos, se constituye en sujeto responsable de la evangelización, de la liberación y promoción humana” (P.474).

La comunidad cristiana cumple su misión evangelizadora por medio de cuatro funciones o ministerios principales:

- Ministerio de la unidad (koinonía)
- Ministerio de la Liturgia (culto)
- Ministerio profético (la Palabra)
- Ministerio del servicio (diaconía)

En el siguiente gráfico presentamos una mayor especificación de los principales ministerios laicales:

CUADRO

Resumiendo

1. Todos los cristianos participan directamente del sacerdocio de Cristo por medio del Bautismo.
2. En función del servicio a la comunidad cristiana, se dan en la Iglesia diversidad de ministerios (servicios). Esos ministerios, unos son “ordenados” y otros “no ordenados” o laicales.
3. Hay gran variedad de ministerios que los podemos agrupar en cuatro importantes funciones.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Qué quiere decir la palabra “ministerios”?
2. ¿La evangelización es función exclusiva de la jerarquía?
3. ¿Qué ministerios cumplen los miembros de nuestra comunidad?

Cuestionamientos

• El laico no es mas que el “brazo largo” del sacerdote. Solamente debe cumplir en la Iglesia las funciones que le encarga o delega la jerarquía.
• Lo importante en la Iglesia con los “ministerios jerárquicos”. Los “ministerios laicales” son “de relleno”.
• Se crearían mucha confusión en la Iglesia si los laicos tomasen en serio todo esto de los “ministerios laicales”

Lo que no es una C.E.Bs.

Para llegar a percibir mejor lo que realmente es una C.E.Bs. veamos detalladamente lo que NO ES:

LA C.E.B. NO ES UN GRUPO DE ORACION, UNA COFRADIA O UNA ASOCIACION PIADOSA

La “Legión de María”; los “Comités de Caritas”, las “Damas Vicentinas”, la “Cofradía del Santo Sepulcro” o los “Terciarios Franciscanos” son asociaciones muy respetables de cristianos que se agrupan para promover el culto a la Virgen María, la ayuda a los más necesitados, la devoción a Cristo muerto por nosotros, o el espíritu de San Francisco de Asía… pero no son COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE. La C.E.B. está llamada y se organiza para vivir todos los aspectos de la Iglesia. No es un grupo más entre estas asociaciones de cristianos. Ella es, fundamentalmente, un grupo de creyentes de la base de la Iglesia.

Los distintos movimientos o asociaciones piadosas viven especialmente algunas dimensiones eclesiales. La C.E.B., siendo Iglesia celular, reúne en germen y en acción, todos esos aspectos, y de ningún modo, es una nueva alternativa frente a esas asociaciones. Más bien la respeta y las promueve, pero es consciente de su diferenciación esencial.

La C.E.B. NO ES UN GRUPO DE ESTUDIO, DE REFLEXION, DE DISCUSION

Es cierto que en una C.E.B. hay diálogo, hay reflexión , hay estudio de la realidad… Pero la C.E.B. no es eso, ni para eso solamente. La C.E.B. no es un grupo especializado. Asume la globalidad eclesial y, por lo tanto, todo aquello que constituye la Iglesia, aunque al nivel más básico y primario. Es posible que, por el momento, no asuma todos los elementos y actividades eclesiales esenciales, pero, aún cuando no todos esos elementos los explicite en un momento dado, por su propia naturaleza está orientada a ejercerlos cuando lo crea oportuno y necesario.

La C.E.B. no es solamente un grupo de base

La C.E.B. no es un “Club de Madres”, o una “Junta Vecinal” o una pequeña “Organización de Servicios Comunales”… La C.E.B. no se agota en un grupo natural de base. Los problemas concretos que vive un determinado grupo sociológico pueden ser un buen punto de partida, pero una C.E.B. no se limita a solucionar problemas materiales, sindicales, culturales o comunales. El desafiar y solucionar esos problemas los ve dentro de una concepción global de la liberación, que no se limita a meros triunfos o conquistas materiales. La liberación integral abarca también otras dimensiones fuera de lo material.

La C.E.B. no es un grupo aislado

Las C.E.Bs. no son un hecho aislado que surge de la buena voluntad de un pequeño grupo de personas. Tampoco son fruto de una determinada planificación pastoral, o del impulso de una persona dinámica… La C.E.Bs. son efecto natural de una toma de conciencia de los pobres como destinatarios privilegiados del mensaje de salvación de Cristo y partiendo de una Iglesia que se define así misma como “pueblo de Dios”. Este esfuerzo de renovación pastoral y de cambio de mentalidad tiene su expresión más importante en el concilio Vaticano II. Las C.E.Bs., POR SER EL NIVEL ECLESIAL MAS INTEGRADO AL PUEBLO, SON PRECISAMENTE LA EXPRESION MAS VITAL DE ESA CONCEPCION. Es su primacía y su dimensión más eficaz.

La C.E.B. no es un grupo de protesta

La C.E.B. no es un grupo de profesionales de la protesta o de la contestación, aunque en ellas esté muy presente también la denuncia profética. La denuncia es uno de los aspectos constitutivos del mensaje de salvación. La injusticia social, la no-autenticidad de muchos cristianos, las manipulaciones de la prensa y la TV, los antivalores de la sociedad de consumo, las riquezas desmedidas y mal habidas, los engaños al pueblo, las mentiras de los Gobiernos y de los políticos, la explotación de los campesinos, la dominación cultural… y tantas otras formas de opresión van a ser valientemente denunciadas por las C.E.Bs. sobre todo cuando afectan directamente a los derechos de las mayorías. Pero esta actitud de denuncia de las C.E.Bs. sobre todo cuando afectan directamente a los derechos de las mayorías. Pero esta actitud de denuncia de las C.E.Bs. va siempre articulada con el anuncio de salvación al pueblo.

No se quedan en el mero rechazo. Trabajan en la construcción del Reino, que es Reino de justicia, de amor y de paz.

Resumiendo

1. Las CEBs. no son instituciones piadosas donde la gente se reúne sólo a rezar.
2. Tampoco son grupos de estudio para profundizar temas religiosos.
3. Ni son organizaciones de barrio para profundizar temas religiosos.
4. Una CEB no es un grupo aislado, sin contacto con la Parroquia y con otras organizaciones.
5. Tampoco es un grupo que se junta para protestar ante las injusticias.
6. La CEB auténtica viene a ser una pequeña organización que junta en sí esas cinco dimensiones de la vida.

Preguntas para el diálogo en el grupo

1. ¿Qué defectos o limitaciones vemos en nuestra CEB?
2. ¿Cuál es el aspecto que está más presente en nuestra comunidad: el comunitario, el religioso o el del compromiso social?

Cuestionamientos

• En las CEBs. se insiste más en lo social que en lo religioso.
• En las CEBs. está más presente la denuncia que el anuncio.
• Algunas CEBs. pierden su identidad eclesial.

Evaluación de nuestra C.E.B.

Nuestra C.E.B.

Como toda experiencia, la Comunidad Eclesial de Base necesita ser constantemente evaluada. Para hacer comunitariamente esa evaluación nos podríamos orientar por el siguiente cuestionario:

Evaluación sobre los objetivos de nuestra CEB

En la CEB. buscamos compartir nuestra vida, celebrar nuestra fe y comprometernos en la construcción del Reino.

- ¿Qué objetivos comunes hemos asumido en nuestra CEB?
- ¿Esos compromisos fueron asumidos, en la práctica, por todos?
- Los objetivos que hemos ido asumiendo ¿tienen relación con el crecimiento integral de las personas y con la construcción del Reino?

Evaluación sobre el crecimiento interno de nuestra CEB

La CEB. hay que construirla sobre fundamentos sólidos y hay que ir superando las dificultades que inevitablemente siempre se presentan, como en cualquier institución.

- ¿Hemos logrado un ambiente de confianza, de amistad y de solidaridad dentro de nuestro grupo?
- ¿Contamos con la aceptación y la simpatía de la Parroquia, de otras organizaciones y de la gente en general?
- ¿Ha habido en nuestra comunidad un visible crecimiento y profundización en la fe, en la oración, en la reflexión de la Palabra de Dios y en las celebraciones…?
- ¿Hemos llegado a descubrir la presencia del Señor en los acontecimientos de la vida de nuestro pueblo?
- ¿Hemos analizado a la luz de la Palabra de Dios los acontecimientos políticos, económicos, sociales, culturales… de nuestra sociedad?

El papel del animador en nuestra CEB.

El animador es un servidor del grupo. Su función es estar al servicio de cada persona, de la comunidad y del Reino.

- ¿El animador ha sabido acompañar e impulsar el proceso de crecimiento personal de cada uno de la comunidad?
- ¿Ha dado oportunidad para que todos participen en el diálogo y en las decisiones?
- ¿Ha permitido con demasiada frecuencia que algunas determinadas personas acaparen excesivamente la palabra?
- ¿El diálogo ha sido compartido por todos? ¿No hemos caído repetidas veces en discusiones acaloradas y demasiado personales?

El uso de la Biblia en la CEB

Hay que lograr una síntesis entre la vida, la Biblia y la comunidad. La lectura y la reflexión de la Biblia en la comunidad ayuda al diálogo con Dios y al compromiso con nuestra realidad.

- ¿Ha sido la Biblia realmente “el libro de texto” de nuestra CEB?
- ¿De qué manera hemos relacionado la lectura de la Biblia con los acontecimientos del caminar de nuestro pueblo?
- ¿Hemos sabido escuchar a Dios que nos habla a través de los acontecimientos de la vida?

La opción por los pobres en nuestra CEB

Los pobres ahora están en la Iglesia de un modo distinto: como sujetos. La Iglesia ha hecho suyos sus anhelos, sus angustias, su sed de justicia, sus esperanzas. La Iglesia es ahora “la Iglesia de los pobres”.

- ¿Hemos hecho realmente nuestra la causa de los pobres?
- ¿cómo hemos logrado hacer realidad (al menos en parte) la opción por los pobres?
- ¿No hemos caído en actitudes asistencialistas o paternalistas?

El compromiso político en nuestra CEB

La política, cuando se la ejerce con verdadero sentido de servicio al pueblo, es una forma excelente de caridad. Por otro lado es uno de los instrumentos más eficaces para cambiar las estructuras injustas. Por eso las CEBs. no permanecen indiferentes al compromiso político.

- ¿Qué pasos hemos dado para superar el tabú de hablar de política?
- ¿De qué manera la comunidad apoya y cuestiona el compromiso político de sus integrantes?
- ¿En la sociedad nueva que debemos construir ¿qué papel les corresponde a las CEBs.?

La CEB. y las organizaciones populares

Las organizaciones populares son instancias que le permiten al pueblo defender sus derechos y crear conciencia.

- ¿Cómo se ha estimulado en nuestra CEB. la participación de sus miembros en las organizaciones populares?
- ¿Hemos sabido siempre mantener nuestra identidad eclesial frente a las diversas organizaciones del pueblo?

La religiosidad popular y nuestra CEB

La experiencia de las CEBs. se encuentra en un contexto más amplio que es la cultura popular. La religiosidad es un ingrediente importantísimo en esa cultura del pueblo.

- ¿De qué manera nuestra CEB ha participado en las distintas manifestaciones de la religiosidad popular?
- ¿Cuáles son los cuestionamientos que nos hemos planteado ante la religiosidad popular?
- ¿Qué hemos hecho para asumir, en casos concretos, la religiosidad popular desde una perspectiva liberadora?

La oración comunitaria en nuestra CEB.

Las celebraciones son oraciones comunitarias que nacen desde los problemas, las alegrías y las esperanzas de nuestra vida.

- ¿Qué hemos hecho para que nuestras celebraciones no sean rutinarias, sino expresión de vida, de alegría, de dolor, de esperanza…?.
- ¿Nuestras celebraciones nos hay ayudado en el crecimiento personal de nuestra fe?

- ¿Nos han ayudado ellas a comprometernos más con nuestros hermanos?

Bibliografía

Presentamos a continuación una bibliografía completa para quienes deseen profundizar en el tema de las C.E.Bs.

Para la presente publicación nos hemos servido, sobre todo, de los trabajos que sobre el tema de las CEBs. han desarrollado José Marins, Teolide Trevisan y Carolee Chonona, así como de la Carpeta preparada por el Equipo de Formación de la Zona Sur de Santiago (Chile), titulada: “ALGO NUEVO ESTA NACIENDO…”. En lo referente al uso de la Biblia en las CEBs. nos hemos inspirado en las ideas de Carlos Mesters. A ellos nuestro más sincero agradecimiento.

1. LA COMUNIDAD ECLESIAL DE BASE. EDIT. BONUM. BUENOS AIRES. 1969. JOSE MARINS.
2. LA IGLESIA LOCAL: COMUNIDAD DE BASE. EDIT. BONUM. Bs. As. 1970. J. MARINS.
3. ECLESIOGENESIS: Las comunidades de Base reinventan la Iglesia. Ed. Sal Terrae. Santander. España 1980. Leonardo Boff.
4. Comunidades de Base. ¿Conversión a qué…? Ed. Paulinas Bogotá 1973. Jesús Vela.
5. O que é comunidade eclesial de base. Ed. Brasiliense 1981. Frei Betto.
6. Concilium. Rev. Internacional de Teología. Abril 1981. Nº 104.
7. Comunidad Eclesial de Base: Focos de Evangelización y Liberación. Quito 1982. J. Marins. Teolide M. Trevisan y Carolee Chanona.
8. La Iglesia nace en el pueblo. Ed. Indo-América Press Service. Bogotá 1979. Varios teólogos.
9. La Biblia: “Flor sin defensa”. Oficina nacional de catequesis. La Paz, policopiado 1982. Carlos Mesters.
10. “Sal Terrae”. Rev. de Teología Pastoral. Número Monográfico sobre “Las pequeñas comunidades” Dic. 1982 Santander, España. Varios Autores.
11. Iglesia: Carisma y poder. Ensayos de eclesiología militante. Ed. “Sal Terrae” Sandander 1982. Leonardo Boff.
12. “Algo nuevo esta naciendo…”. Temas de formación para la comunidad de base. Equipo de Formación de la Zona Sur. Santiago, Chile.
13. Hacia una teología de los pobres. Cep. Lima 1980. Maximiliano Salinas y Diego Irarrazával.

Documentos oficiales de la Iglesia (mas importes):

Exhortación apostólica “Evangeli Nuntiandi”. Nº 58 de S.S. Pablo VI.
Documentos de Medellín, “Pastoral de Conjunto”, 15, 10.
Sínodo de la Evangelización. Año 1974
Documentos de Puebla. Nº del 618 al 657.
Directrices Generales para el Plan Nacional de Pastoral de Bolivia (1980-1985). Conferencia Episcopal Boliviana.
Mensaje del Papa Juan Pablo II a los Líderes de las C.E.Bs. de Brasil.
Consejo permanente da CNBB, 1982 Conferencia Episcopal de Brasil


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