Encontrando en la Biblia la Misa
Parte 2
Preparándonos para arrodillarnos frente al altar, cantamos otro himno angélico de la Biblia ¨Santo, Santo, Santo…¨ (cfr. Es 6,3; Ap 4,8). ¨Hosanna, Bendito el que viene…¨ (cfr. Mc 11,9-10). En el corazón de la Misa, escuchamos las palabras de Jesús en la última cena (cfr. Mc 14, 22-24).
Después, oramos al Padre en las palabras que nuestro Señor nos dio (cfr. Mt 6, 29.36). Y antes de recibirlo en la comunión, confesamos que no somos dignos utilizando las palabras del centurión que pidió la ayuda de Jesús (cfr. Lc 7, 7).
Lo que decimos y escuchamos en la Misa nos viene de la Biblia. Y lo que ¨hacemos¨ en la Misa, lo hacemos porque se hacia en la Biblia. Nos arrodillamos (cfr. Sal 95, 6; Hech 21, 5) y cantamos himnos (cfr. 2Mac 10,7.38; Hech 16,25); nos ofrecemos la señal de la paz (cfr. 1Sam 25,6; 1Tes 5,26).
Nos juntamos alrededor de un altar (cfr. Gen 12,7; Ex 24,4; 2Sam 24,25; Ap 16,31), con incienso (cfr. Jer 41,5; Ap 8,4), servidos por sacerdotes (cfr. Ex 28, 3-4; Ap 20,6), Ofrecemos una acción de gracias con pan y vino (cfr. Gen 14,18; Mt 26, 26-28).
Desde la primera señal de la cruz hasta el ultimo amén (cfr. Neh 8,9; 2Cor 1,20), la Misa es un tapiz de sonidos y sensaciones tejidos con palabras, acciones y accesorios tomados de la Biblia.
Nos dirigimos a Dios en las palabras que El mismo nos ha dado por medio de los autores inspirados de las Sagradas Escrituras. Y El, a su vez, viene a nosotros instruyéndonos, exhortándonos y santificándonos, siempre por la Palabra Viva de la Escritura.
Por el Dr. Scott Hahn, de su libro ¨la Misa y la Biblia¨